No quieres caldo, dos tazas. En La Sexta han probado la doble medicina y en el mismo programa. No les ha se ntado bien a los de Ferreras y compañía la sentencia del TJUE sobre Junqueras y las derivadas que se desprenden con Puigdemont y Comín. Primero, con su abogado, Gonzalo Boye, dejando caer un posible retorno a Perpinyà. ¿"Por qué no España"?, pregunta Ferreras a Boye en Al rojo vivo: "Fíjese que desde las 9:53 el señor Junqueras sigue en prisión pudiendo estar en libertad, como para fiarse de que vayan a respetar la inmunidad que tiene reconocida en todo el territorio de la Unión, incluída España" Galleta con la mano abierta.

Boye Ferreras 2 La Sexta

La Sexta

Y ahora ha sido Toni Comín quien ha puesto en su sitio a uno de los reporteros del programa de Ferreras. El ya eurodiputado ha podido recoger finalmente su acreditación junto con Puigdemont. 

Puigdemont Comín Míriam Santamaría

Míriam Santamaría

Pero que no hiperventilen los unionistas que ahora están irados, que no pasarán por Madrid a recoger la definitiva. Así ha dejado el conseller a un periodista que tenía los papeles muy mojados a la hora de entrevistarlo: "No está del todo claro que podais tener la acreditación definitiva. Hay quien dice que todavía deberíais ir a Madrid a recoger esa acreditación". Respuesta de un Comín incrédulo que alucina con la pregunta: "¿Realmente hay alguien que después de leer la sentencia dice que hay que ir a Madrid a prometer la Constitución?". Con un sarcasmo finísimo: "En todo caso, aprovechando las Navidades, hay que regalarle un cursillo de lectura. La sentencia es inequívoca: somos eurodiputados más allá de cualquier trámite administrativo que determina el derecho de un estado miembro".

Una gota de sudor empieza a caer por la frente del periodista, que insiste: "el Tribunal General dice que hay que estudiar más a fondo cómo son esos trámites". Segundo intento y segundo zasca: "No, no, el tribunal General no dice esto que acabs de explicar. Lo que ha hecho es admitir nuestro recurso". Dos de dos. Y Ferreras a punto de implosionar desde el plató.