Tamara Falcó e Íñigo Onieva, después de toda la locura previa al matrimonio, con cambios de fecha o el robo de las joyas de la boda en plena autopista, finalmente se casaron. Y para celebrar el final feliz, se marcaron un verano sin tregua. 

Después del "sí, quiero", se fuerona una luna de miel de envidia. Estuvieron de safari por África para ver bichos salvajes y disfrutar de atardeceres. Por supuesto, sacaron fotos para las redes sociales. Ciudades como Ciudad del Cabo y las cataratas Victoria en Zambia fueron su playground. 

Pero esto no es todo, la pareja decidió que un viaje no era suficiente y se plantaron en París. Tamara se puso poética en su Instagram: "París es siempre una buena idea". Y allí estaba, en un hotelazo de lujo en albornoz, desayunando en una terraza. 

Un verano solo al alcance de los más adinerados 

Para rematar, después de tanto viaje y juerga, la pareja se fue a Sotogrande, la urbanización de lujo en Cádiz. Allí se juntaron con amigos y familiares para tirarse días de playa y descanso. 

Pero ahora, tras un verano movidito, la pareja empieza su nueva vida como matrimonio en Madrid, en un ático que Tamara tiene en el exclusivo barrio de Puerta de Hierro desde el 2020.  

Y es donde tienen intenciones de concebir a su primer hijo. Algo por lo que Tamara tiene una enorme ilusión. De hecho, algunas fuentes señalan que ser madre es uno de los factores de peso de su boda con Íñigo. Que a sus 41 años (cumplirá 42 en noviembre) no tiene mucho más tiempo de buscar a otro hombre con el que consolidar una relación y tener hijos. Y que por eso le habría perdonado las infidelidades. 

tamara falco iñigo onieva instagram
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Aventuran un mal final para la relación de Tamara Falcó e Íñigo Onieva 

De hecho, son muchos quienes consideran que la relación durará muy poco y que no tendrán tiempo de ser padres. Uno de ellos es el Maestro Joao. Cree que este matrimonio es una bomba de relojería a punto de explotar. La razón es que Íñigo Onieva tiene fama de casanova y que su estilo de vida no casa con las costumbres de la marquesa de Griñón.  

Joao no se guarda nada y dice que, aunque le gustaría que funcionara, cree que se quedarán en un simple "matrimonio de verano". " Lo siento, pero creo que si. Me encantaría que durase, que fuesen felices, tuviesen hijos, que tuvieran gallinas y pavos reales, pero creo que se van a quedar ahí simplemente”, apuntó para una agencia de comunicación.