Los espectadores catalanes estamos encantados de que esta temporada veamos presentando el Està passant a la gran Núria Marín, que además de su faceta en TV3, sigue informándonos y haciéndonos mear de risa con su Royal Salseo en redes sobre los Borbones y compañía y sus affaires sentimentales. El público español la recuerda bien de cuando presentó el Cazamariposas y en diferentes ocasiones, el Sálvame, sustituyendo a Jorge Javier Vázquez cuando era necesario. Y todo lo que ha hecho Núria, lo ha hecho muy, muy bien. Telegénica, divertida, ocurrente, talentosa, la cámara la quiere. Y los espectadores también. Ahora, como decíamos, los que la disfrutamos somos los espectadores catalanes, y ella, encantada de la vida.

En una entrevista para la revista Semana, a la presentadora leridana le preguntan si ahora que triunfa en el Està passant, "¿Te sientes profeta en tu tierra?", y ella no puede estar más feliz de la confianza que le han dado en Televisió de Catalunya y de lo bien que le están yendo las cosas: "yo siempre había querido trabajar en TV3, en catalán". Y no solo por la calidad de los programas y la profesionalidad que allí encuentra, sino por cuestiones sentimentales: "me hace ilusión hacer tele en catalán porque es la lengua que se usa en mi casa, la que hablo con mi familia y en la que soy más yo. Mi catalán es muy de pueblo y me divierte mucho que la gente lo escuche. Encima el ‘Està Passant’ es un programa con una trayectoria de ocho años ya en el que yo ya había colaborado y ahora presentarlo es un regalo, estoy muy feliz".

Ahora la vida profesional y personal de Marín le sonríe, pero evidentemente, ha habido de todo después de tanto tiempo dedicado a la televisión. Programas que han ido como un cohete y programas que han fracasado. Uno de los últimos proyectos en los que colaboró a nivel nacional fue en La familia de la tele: "fue una experiencia tan corta que es complicado. Fue extraño, porque todo era atropellado, había tantísimo ruido, tanto foco sobre el programa que todo era muy difícil".

Y aún más difícil lo que tuvo que vivir cuando sufrió su peor momento en televisión. Un momento del que no quiere hablar mucho ni dar demasiados detalles, porque aún le duele: "Es que de mi peor momento en televisión no voy a hablar públicamente porque no quiero darle bombo". Eso sí, no se ha mordido la lengua a la hora de avisar que "quizás algún día lo hablaré y petará todo". Y recuerda en este punto la etapa final de 'La fábrica de la tele' en Telecinco, que fue "horrible". Y no olvida lo que vivió y el comportamiento que tuvieron algunas personas y ex compañeros: "Fue muy dura a nivel mental porque te encontrabas con cualquier persona y todo el mundo te preguntaba. Y luego había algunos compañeros de Telecinco que te los encontrabas por los pasillos y ya se estaban repartiendo la herencia antes de nuestra muerte. Hay gente a la que hoy en día me va a costar mucho volver a mirar a la cara".