Se acabó lo que se daba. 2022 está a punto de cerrar el chiringuito, dejando atrás un año intenso y convulso. Ciertamente esto ya ha dejado de ser noticia, porque vaya racha llevamos desde 2020 y la pandemia. Bueno, no todo ha sido negativo, ni mucho menos. Entre guerras, crisis económicas y climáticas, etcétera, siempre hay quien tiene motivos de alegría. Esta podría ser perfectamente la cantante catalana más famosa del planeta, Rosalia. A pesar del raca-raca de los haters que acompaña su carrera, la realidad es otra: su reinado y buena ventura no han tocado techo. Con su último disco, 'Motomami', ha vuelto a maravillar el público y la crítica. Es una artista global, moderna, actual, rompedora. Y eso no lo entienden determinadas mentes, aquellas que habían colocado a la del Baix Llobregat en un escaparate con la categoría de 'flamenquito y tal'. Ella es mucho más que una etiqueta, un estilo, unas raíces musicales. Se come el mundo con patatas. Punto.

Patatas quizás no demasiadas, tampoco sabemos si uvas con las campanadas, pero lo que seguro que se está zampando estos días de final de año son platos de sushi, de yakisoba, gyozas, tatakis o tempuras. Y un helado, por cierto. Sí, porque está en Japón, donde pasará página al calendario de aquí a unas cuantas horas. Estará muy lejos de la casa familiar de Sant Esteve Sesrovires, donde años atrás se celebraron fiestas llenas de desenfreno, ritmo y alegría, perreo y amistad. El 23 empezará en el país nipón, donde todo es muy diferente, incluso extravagante. Cuando menos visto con los ojos de aquí, claro.

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Rosalia y sus amigas de Fin de Año en Catalunya, 2019 / @rosalia.vt

Rosalia en Japón por Fin de Año: atención a su look extravagante y extremo

Japón es un país y una civilización absolutamente particular. La mezcla de tradición y tecnología es impactante, la alienación de sus habitantes espeluzna, y su atrevimiento estético también merece un capítulo aparte. En términos de moda no son de este mundo. Un factor que juega a favor de nuestra protagonista, que se atreve con todo. No hay prendas de ropa lo bastante extremadas para ella y no es la primera vez que vemos ejemplos. Por lo tanto, podemos afirmar que se encuentra en su salsa entre japoneses y japonesas. También entre preciosos cervatillos que son la reencarnación de Bambi, y que se encuentran en lugares como el Parque de Nara en la isla de Honshu. Son muy famosos. Ella también. Y se han conocido mientras la catalana les ofrecía alimentos. Pero eso no es lo que llama la atención de la foto, no. Miren los pantalones y botas de la cantante. Oversize es quedarse corto, estos son XXXL. O más.

Rosalia ciervo pantalón Japón @rosalia
Rosalia con un ciervo en Japón / @rosalia
Rosalia pantalón Japón @rosalia
Los pantalones y botas extravagantes de Rosalia / @rosalia

La cantante, perseguida en un parque por un grupo de fans de origen animal

El encuentro entre el artista y los animalillos del parque acabó de una manera que quizás le era familiar: acosada como si fueran seguidores alocados a la caza de un autógrafo. Quizás este era su primer club de fans de origen animal... de cuatro patas. Sea como sea, hemos sufrido un poco viendo la última imagen, no porque los ciervos fueran depredadores y bestias ávidas de sangre, no. El motivo era, precisamente, lo que llevaba en piernas y pies, y que seguramente complicaban la maniobra evasiva. Ahora bien, como tiene maña, es ágil y está acostumbrada a estas visicitudes, ha salido adelante. Misión cumplida.

Rosalia ciervos Japón @rosalia
Rosalia acosada por ciervos en Japón / @rosalia

Yoi otoshi o, Rosalia. Feliz año. Y muchos más éxitos en 2023.