En Telecinco pocas cosas son gratis. Ni siquiera las botellitas de agua para los colaboradores e invitados de sus programas. Más tarde o más temprano tienes que pasar por caja. La moneda, eso sí, es particular: aquí pagas con espectáculo, y el de las lágrimas es el más cotizado. Es una norma del negocio del entretenimiento: haz llorar y triunfarás. Rocío Carrasco, que antes del estallido de su serie documental ya había trabajado en diferentes programas, lo sabe. Pero la dureza de su testimonio de maltrato y violencia vicaria, y el apoyo de la productora 'La Fábrica de la Tele' quizás le habían creado la falsa ilusión de que, con ella, todo sería diferente. Que sus amigos la protegerían. Y sí, puede parecer que sea así. Pero que nadie se engañe: si este programa y esta cadena se han zambullido de lleno en su historia, no es ni por filantropía ni desinterés: aquí lo que importa es la audiencia. Sobre todo en días y semanas como estos de agosto.

La pérdida del liderazgo de 'Sálvame' amenaza los números de Paolo Vasile para cerrar el mes. Dos décimas le separan de Antena 3, y se tiene que mantener la ventaja 'por lo civil o lo criminal'. El espacio de chismorreo ha pulsado el botón de alarma y fuerza la máquina con estrategias que no funcionan. Por ejemplo, el despido en directo de Antonio Canales. El resultado fue un paliza de categoría, y réplicas como la de Kiko Matamoros destruyendo su propio programa. Quedaba, sin embargo, una carta en que se ha hecho esperar: Carrasco, el fichaje galáctico.

Rocío Carrasco 'Sálvame' Telecinco

Rocío Carrasco ha vuelto a 'Sálvame' tras las vacaciones / Telecinco

Un fichaje que, a pesar del alboroto, no ha producido grandes cifras de share. Lo que sí ha hecho es sacudir el conflicto de cara al otoño con la segunda entrega del documental, en esta ocasión para desenmascarar al resto de miembros del clan familiar. Bien, eso y la coronación de Olga Moreno como ganadora de 'Supervivientes' y su entrevista posterior dedicada a las palabras que le dirigió Carrasco, y que coincidió con su desaparición de antena. Pasadas las vacaciones la han recuperado, y había muchos temas que tratar. 'Mucha plancha', que dirían allí. Lo más jugoso, sin embargo, pasó durante una pausa de publicidad, con las cámaras apagadas. Rocío, a punto de llorar. No podía ser.

Carlota Corredera, erigida como la gran amiga de Carrasco, antepuso el trabajo a la amistad. Y hurgó en la herida. "Quiero que lo cuentes", espetaba a la protagonista, incómoda y tocada. "No. ¿Qué necesidad?". Pero no lo consiguió. El programa vive de eso, y punto. Le tiraron de la lengua hasta vencer su resistencia, explicando la situación de mala gana: Marta López, amiga repentina de Olga Moreno, le había dicho 'por lo bajinis' que tenía una cosa bonita que decirle referente a aquello que más daño le hace a Rociíto: su hijo David. Carrasco se negó, pero con los ojos húmedos por la emoción de recordar al joven. En 'Sálvame' huelen las lágrimas como los tiburones olfatean la sangre, y tuvo que repetir el relato, a ver si cantaban bingo. Estuvieron a punto de hacerlo, porque a Rocío se le rompía la voz. Pero fue más fuerte y se quedaron con las ganas. Carrasco 1- 'Sálvame' 0.

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Carlota Corredera 'Sálvame' Telecinco

Carlota Corredera compungida en 'Sálvame' / Telecinco

Marta López 'Sálvame' Telecinco

Marta López (alias 'Flores') hurgando Rocío Carrasco / Telecinco

Rocío Carrasco a puntúo de llorar 'Sálvame' Telecinco

Rocío Carrasco a punto de llorar en 'Sálvame' / Telecinco

Conviene recordar las palabras de la presentadora y nueva integrante del 'Saber y Ganar', Elisenda Roca, en una entrevista en el diario El País y preguntada sobre el caso Rocío Carrasco: "es un canal privado que no se distingue por su feminismo, sino por machacar constantemente y humillar a las personas, hombres y mujeres". Haría bien en leerla. Estaría mejor preparada para la próxima emboscada.