La imagen, sin duda, ha pasado ya a la historia de los Oscars. El día después todo el mundo habla, y seguirá hablando, de la bofetada, la torta, el sopapo, el puñetazo de Will Smith a Chris Rock. El actor norteamericano ha recogido su primer Oscar al mejor actor por El método Williams, pero antes, cuando Rock estaba encima del escenario, este hizo un chiste sobre Jada Pinkett, actriz, mujer de Smith y que hace tiempo sufre una alopecia, la comparó con La teniente O'Neil, el célebre personaje interpretado por Demi Moore que va con la cabeza rapada. "Jada, te quiero. No puedo esperar a ver 'La teniente O'Neil 2'... ¿Ha estado bien, eh"?. De sopetón, Smith se levanta, va hacia el presentador y le gira la cara y le grita: "Quita el nombre de mi mujer de tu puta boca"!. Rock se excusa: "Uau... era una broma sobre 'La teniente O'Neil'". Y Smith lo repite: "QUITA EL NOMBRE DE MI MUJER DE TU PUTA BOCA"!.

Pilar Rahola, evidentemente, se ha hecho eco y dedica su Palabra de Rahola de este lunes a estas imágenes que han dado la vuelta al mundo: "Esta carta la dirijo, la singularizo en Toni Soler por un simple motivo, porque me parece el gran referente del humor reciente catalán. Pero también es una reflexión a todo el mundo del humor: Jair (Domínguez), Carlos Latre y los grandes humoristas que hemos tenido y tenemos en este país que hacen un trabajo extraordinario de romper la realidad y a menudo, a través del sarcasmo, la ironía, poner un poco de humor y quitar trascendencia". La escritora aprovecha el guantazo de Smith para destacar que "el trabajo de los humoristas, para hacer más paíble la realidad y para reírse de nosotros mismos, es un gran trabajo, seguramente un bien público que nos ayuda más a digerir las peores realidades o entenderlas, que no a empeorarnos". Pero centrándose en el puñetazo del actor ganador del Oscar cuando ha oído un gag sobre la alopecia de su mujer, Rahola se hace una pregunta en voz alta, que "si me permiten, no tengo una respuesta clara porque las fronteras son muy sinuosas". Y menciona a Toni Soler: "Hace años me enfadé mucho con el 'Polònia' (de TV3) porque sacaba la caricatura de Hitler. Franco ya aparecía hacía tiempo, y hacían bromas, y a mí me enfadaba, porque me parecía que lo convertían en un 'abuelete majete' y no en el asesino brutal y cruel que fue y no me acababa de gustar".

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Hitler (David Olivares) y Mussolini (Cesc Casanovas), organizando una fiesta sorpresa a Franco (Manel Lucas) antes de que llegue el día de la exhumación / 'Polònia' (TV3)

Un ejemplo sería este gag, donde Hitler y Mussolini le cantaban al dictador español "Porque es un fascista excelente", utilizando el sonsonete de Porque es un muchacho excelente. Dice Rahola: "Cuando entraron a Hitler me hirió. ¿Cómo es posible que el peor asesino de la humanidad se convierta en una broma?", pensó en su momento. Ahora recuerda "haberlo dicho públicamente y tuvimos un poco de 'pique'. Con el tiempo los he entendido. Seguramente, la libertad de expresión en el humor tiene que ser muy amplia, pero la pregunta que nos tenemos que formular es si hay límites. Hay que hacer una previa: ¿el puñetazo, no, eh? Carlos Latre dice hoy que el puñetazo es un puñetazo a todos los humoristas. Es evidente que cualquier cosa que te indigne, te saque la ira y te enfade no se puede resolver con violencia. Entiendo el cabreo de Will Smith, pero no su reacción, la solución no es un puñetazo, incluso cuando te hieren emotivamente, aunque no tenga ninguna gracia la bromita". Rahola incide en la pregunta que ella misma ha formulado sobre los límites del humor.

will smith golpea en chris rock efe

Puñetazo de Will Smith a Chris Rock / Efe

"Estaríamos de acuerdo en que el humor tiene que atreverse con las religiones, pero a veces los límites los pone la violencia, justamente. Recordamos Charlie Hebdo o los caricaturistas daneses amenazados por el totalitarismo islamista. Hay unos límites en el humor que no los pone el propio humor o la democracia, sino que a veces los pone la amenaza más abrupta y la violencia totalitaria. Pero yo hablo de si en una situación de libertades, el humor tiene límites...". Rahola pone diferentes ejemplos en forma de preguntas: "Es evidente que el humor se tiene que poder reír de los dioses, pero quizás también hiere sensibilidades. ¿Quizás el humor también tiene la obligación de herir sensibilidades? ¿Y cuando hablamos de enfermedades"?, y pone un ejemplo muy específico: "los humoristas tienen que poder ser sangrantes con una institución como la monarquía, pero si un miembro de la familia monárquica tiene algún problema de salud mental o de deficiencia mental, puede ser border line... ¿eso se puede convertir en materia de humor por el solo hecho de que forme parte de la familia real? ¿Podemos cachondearnos de las deficiencias o las enfermedades?". Habla entonces de la enfermedad de Jada Pinkett, "que puede parecer estética, pero que seguro que tiene que ver con un tema psicológico muy fuerte... ¿Tiene que poner el foco en ella, que tiene un problema, y permitir que todo el mundo se ría por su dolor?".

Jada Pinkett y Will Smith Oscar 2022

Will Smith y Jada Pinkett / Efe

Rahola se pregunta si "¿este chiste no es también un puñetazo? ¿En el peor momento del covid, hubiera sido lícito una broma de dos abuelos muriéndose en un asilo? ¿Lo permite la libertad de expresión? Probablemente sí..., pero ¿lo permite la decencia? Probablemente tienen que ser los humoristas los que digan cuáles tienen que ser los límites, sin embargo, ¿te puedes reír de una persona que no puede caminar o que se le ha muerto un hijo? ¿Te puedes reír de la muerte de un hijo?... Me imagino que la libertad de expresión está por encima y que posiblemente, si el humor se permite fronteras muy amplias, se tiene que poder permitir que todo sea motivo de sátira, sarcasmo y provocación... Pero quizás lo que tenemos que decir es que siendo legal, porque tiene que poder ser legal, también tenemos que poder decir que hay un humor que es indecente, que no es ético. Y esta es la autorregulación que tienen que hacer los grandes humoristas, que hay que replantearse. El puñetazo de Will Smith es un acto de violencia inaceptable, pero el chiste de Chris Rock es un acto indecente. No hay nada más fácil que reírse de un débil. Reír de alguien que sufre no te hace un buen humorista, te hace un impresentable":