Los cuatro concursantes que se disputarán el título de ganador de Supervivientes 2019 ya han abandonado Honduras y están a punto de llegar a Madrid, donde les esperan para la final en el plató de Telecinco. Y después de casi 3 meses de convivencia en las islas de los Cayos Cochinos, dos de ellos encontraron que la mejor manera de despedirse del Caribe era disfrutar de sus aguas turquesas y liberar toda la carga emocional que han ido acumulando semana tras semana. Puestos a liberarse, Omar Montes y Fabio Colloricchio se liberaron incluso de su exigua indumentaria, bañándose en pelotas frente de las cámaras del programa.

Fabio Omar quitan bañador Supervivientes Telecinco

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Omar Fabio en bolas Supervivientes Telecinco

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Omar, "cantante", exnovio de Isa Pantoja y exguardaespaldas de su hermano Kiko, empezó el show nudista: "Pienso que sería buena hora de liberarnos, flaco". El argentino, famoso por su relación con Violeta Mangriñán (la del "micrófono") lo encontró muy adecuado, y los dos se desnudaron para correr al agua. Sus dos pompis, blancos como la leche, saltaban cual ranas por la arena hasta llegar a su destino. Ambos, muy pudorosos, intentaban taparse las vergüenzas, o lo que quedara de ellas. No siempre lo consiguieron. "¡La final, hermano!", "¡Illuminatis!", gritaban las criaturas.

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Fabio Omar en bolas Supervivientes Telecinco

Los otros concursantes, nominados en la gala final del jueves 18 de julio, no participaron del espectáculo. Desde la arena, Mahi Masesgosa miraba la escenita alucinada, no sabemos si porque ella había visto alguna cosa extraordinaria o víctima de un ataque de vergüenza ajena. Y del catalán Albert Álvarez, ni rastro. Quizás a él eso de enseñar más de la cuenta ya no le apetecía, ya que se pasó una gala entera con un tanga tipo Borat que dejaba a la vista mucho más de lo que escondía.

Fabio Omar mar Supervivientes Telecinco

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A falta de Isabel Pantoja, fuera de combate por decisión médica (aunque parece que se ha recuperado con celeridad), Paolo Vasile ha tenido espectáculo hasta el final, con los culos pálidos de los últimos robinsones arañando unas décimas más de audiencia para cerrar una edición de récord.