La carrera de Macarena Gómez cambió para siempre en 2007. Hasta entonces había trabajado en cine, en series de prestigio y en numerosos proyectos independientes. Pero aquel año llegó Lola. Llegó La que se avecina. Y con ella, un personaje que no solo transformó su popularidad, sino también su forma de vivir la profesión. Casi dos décadas después, la actriz continúa en la serie que la convirtió en un rostro imprescindible de la ficción española.

En el podcast Ac2ality, Gómez repasó estos años de trayectoria. Y, como era inevitable, la conversación giró hacia la serie que ha marcado su carrera. Una de las presentadoras lanzó una frase que muchos fans ya habían comentado antes: ser actor en La que se avecina es como ganar la lotería. Macarena no lo dudó. Sonrió. Asintió. “Lo es. Totalmente. Ojalá dure toda la vida”, confesó. Dentro de la precariedad del sector, tener un trabajo fijo durante tanto tiempo es un tesoro. Porque no todas las oportunidades en la televisión española tienen tanta estabilidad. Ni tanta visibilidad. Ni tanta capacidad de sostener una carrera durante tanto tiempo.

Cristina Castaño a 'La que se avecina'3
Elenco de 'La que se avecina'

Es como si te tocara la lotería, pero en el aspecto emocional

Pero la charla también abordó un tema más complejo: la idea, muy extendida, de que actuar en una serie tan popular te convierte en rico. ¿Es así? Su respuesta fue rotunda. “No. Te haces rico emocionalmente”. La frase desmonta uno de los grandes mitos del sector. “¿Qué os creéis, que nos hacemos ricos los actores?”, añadió. No es una queja. Es un recordatorio de la realidad: la mayoría de los intérpretes españoles viven con ingresos muy inferiores a los que la gente imagina.

Gómez quiso explicar la diferencia entre la ficción y la economía real del oficio. Si se comparan los sueldos de España con los de un actor británico o estadounidense que trabaja para HBO o Netflix, la distancia es enorme. Tanto, que la actriz prefirió quedarse en silencio antes que entrar en detalles. No era necesario. El mensaje estaba claro: “No te creas que son cifras desorbitadas”.

Escena de La que se avecina
Escena de 'La que se avecina'

Demasiadas bocas comiendo del mismo pastel

Además, recordó algo que el público suele olvidar. El salario bruto no es lo que acaba llegando al banco. Un porcentaje importante va para el representante. Otra parte, para los impuestos, como cualquier otro trabajador. Y, después de todo, lo que queda es un sueldo “bien, a gustito”, según sus palabras, pero muy lejos de los cachés millonarios que se manejan en Hollywood.

Aun así, Macarena Gómez no se queja. Agradece su estabilidad, su personaje y el formar parte de una serie que mantiene un enorme éxito año tras año. Y sobre todo, agradece poder seguir trabajando en lo que ama. Porque, como ella misma dice, en una industria tan precaria, una oportunidad como La que se avecina no es solo un trabajo. Es casi una lotería. Y a ella le tocó.