El portero español del Manchester United, David de Gea, ha encontrado con quién pagar los platos rotos por su decepcionante campaña futbolística. Ni más ni menos que la persona menos culpable del saco de goles que le ha caído esta temporada: Su novia, Edurne García. La cantante y presentadora fue ignorada por su chico, que salía enfurecido del estadio de Old Trafford después de sufrir una nueva derrota en casa contra un equipo modesto, el colofón perfecto a la tónica del equipo durante todo el año. El feo de De Gea fue registrado por uno de los fans que esperaba la salida de los futbolistas, y las imágenes dejan al madrileño como un auténtico maleducado, muy poco respetuoso con su pareja y con los seguidores que le admiran (con esta actitud, sin embargo, cada vez menos)

David de Gea Edurne Daily Star

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David de Gea Edurne 2 Daily Star

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Según informa la prensa inglesa, Edurne esperaba a su chico para hacerle entrega de un regalo de parte de uno de los aficionados. La idea era conseguir que De Gea aceptara el objeto y se acercase para firmarle un autógrafo. El portero no sólo no lo coge, sino que pasa olímpicamente de la presencia de su amada, que se queda con un palmo de narices. Mientras continúa caminando, Edurne se gira hacia la zona de los seguidores con los brazos al aire, como diciendo "no he podido hacer nada", seguramente dolida por el gesto altivo de David.

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La escena continúa con De Gea dirigiéndose a toda prisa hacia la zona del parking del estadio, mientras que Edurne intenta acercarse. El deportista pasa por delante de un grupo de personas, se gira como si los conociera y repentinamente, damedia vuelta y continúa su camino, ya sin su chica, que decide ser más educada que él y reparte besos a la gente que le quiere saludar. No sabemos cómo fue la vuelta a casa, pero a buen seguro que Edurne le reprochó su actitud. De Gea se ha marcado un gol en propia meta, y este quizás le genera más dolores de cabeza que los 66 que ha encajado durante esta nefasta temporada. Incluso peor que el de Messi en el Camp Nou que le hundió definitivamente.