Gemma Puig es la única meteoróloga de TV3, que en toda su historia ha tenido tres: la mítica Anna Rius que lo dejó porque la presión la podía y era un gag recurrente ver cómo se equivocaba, Mònica López, que se marchó a TVE a hacer el tiempo en castellano y se pasó a llamar Mónica y finalmente la actual titular de la méteo más vista de todo el país, la del TN Vespre. Ha sustituido a Tomàs Molina, que se ha marchado al Tot es mou y de aquí a unos meses dejará definitivamente TV3 para ser diputado de ERC en el Parlamento Europeo. La noticia la dio en exclusiva EN Blau y fue una decisión de género, el único TN sin presentadoras es el de Cruanyes. Puig ha cumplido sin la marcada personalidad de Molina y sin los conocimientos enciclopédicos de Francesc Mauri. Es joven en la casa y entró por Molina pero acabó haciendo pantalla gracias a su predecesora Mònica López.

Según ha revelado en el suplemento Empreses, la cosa fue así: "Gemma Puig entró en el mundo laboral haciendo una entrevista con Tomàs Molina: “Empecé a hacer las prácticas en una empresa de la corporación. No era exactamente TV3 todavía, era una empresa que se dedicaba a vender contenidos meteorológicos. Empecé a hacer las prácticas y me quedé. Es el único lugar donde he trabajado con nómina, es mi primera nómina y hasta la actual”. Entró para trabajar en la base de datos de los modelos meteorológicos y, de hecho, nunca se imaginó ser la mujer del tiempo en TV3: “Hubo un momento de reestructuración y Mònica López me dijo: «Gemma, si quieres seguir trabajando aquí tienes que presentar, también». No recuerdo exactamente cuánto tiempo me dio, pero debieron ser unos 15 días o un mes”.

La entrevista es económica y Gemma Puig revela que cree que por la responsabilidad y audiencia que tiene, debería cobrar más en TV3: "En el momento en que te pones delante de una cámara y la gente cree lo que tú dices, tienes una responsabilidad. Nosotros añadimos que tenemos una responsabilidad incluso sobre la vida de las personas, sobre todo ahora, que hay estos fenómenos tan complicados. Estoy en un lugar donde las condiciones están bien, pero eso no quiere decir que en momentos de mucha responsabilidad, cuando tengo más trabajo, piense que podría cobrar más”.

No ha sido hasta después de 20 años con su marido, Toni, que ha podido pagar la entrada y sustituir el alquiler por la hipoteca: "Cuando fui a vivir con mi marido, fuimos de alquiler. Y estuvimos 20 años de alquiler. Y ahora hace 3 años que nos compramos un piso. Si ahora hiciera los números, quizás diría: ostras, cuánto dinero. Pero yo creo que no los he perdido, porque el alquiler me ha permitido decidir dónde quería vivir”. Muy razonable, para vivir en el piso que te gusta si no lo puedes comprar, alquílalo y vivirás feliz en una casa realmente bonita. Puig, entiende de isobaras y de dinero.