Si el Barça de Pep Guardiola es la máxima expresión de la excelencia futbolística mundial, el de Luis Enrique Martínez también es muy destacable. El técnico asturiano dirigió una plantilla que volvería a ganar un triplete histórico, con jugadores de la talla de Messi, Neymar, Suárez, Xavi, Iniesta, Piqué o Mascherano. Solo continúan dos en activo en el equipo, Marc Andre Ter Stegen y Sergi Roberto. El resto o ha volado de Can Barça, o se han retirado. El tiempo pasa, pero la leyenda es inmortal. Aquel grupo era enorme, irrepetible. Dentro del terreno de juego, pero también en el vestuario del Camp Nou. Cada detalle es despampanante.

Por ejemplo, lo que destaca Post United recuperando un documento interno del club: los menús postpartido que pedían los jugadores. Una lista que, en algunos casos, te deja de piedra. Para empezar, señalaremos al crack más healthy: el argentino Javier Mascherano. El centrocampista defensivo se zampaba una ensalada de pasta y dos piezas de fruta. Medalla de oro en este apartado para él, seguido de cerca por Ivan Rakitic, que se conformaba con dos porciones de sushi y fruta de temporada. Después, para abajo. Empieza el festival.

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Javier Mascherano, Rakitic, Piqué, Alba, Suárez / EFE

La pizza triunfaba. Prácticamente todos ellos engullían esta especialidad italiana, con pequeñas diferencias con respecto al contenido. Messi, de 4 quesos. Busquets, de jamón, como Xavi Hernández, o Luis Suárez. Extra de queso para Neymar y Andrés Iniesta. Ay, el manchego. Hay que hacer una mención especial para el mago de Fuentealbilla, porque se ponía las botas y con una combinación que te deja KO. No satisfecho con la pizza, también exigía un bocadillo de embutidos. Dos en uno: mortadela y chorizo. Este secreto no lo teníamos controlado, la gasolina del 8 era esta. A saber qué digestiones tenía Andrés, pero vaya, que estamos por probar la receta de su éxito. Pequeño, pero matón.

Leo Messi Gerard Piqué Barça hablando / Foto. Europa Press
Leo Messi y Gerard Piqué / Europa Press
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Andrés Iniesta / Instagram

Hay otro capricho que arrasaba en aquel vestuario. ¿Dulce? Dulcísimo. Azúcar por un tubo: Nutella, crema de cacao con avellanas, y con generosidad. Piqué se zampaba un sándwich con la fruta; Ter Stegen después del sushi, y después estaba Sergi Roberto, que imitaba al alemán, pero triplicaba la apuesta: un bocadillo triple. Salvaje. Pero claro, viendo los resultados en el marcador, quien iba a pararles los pies? Lo que funciona no se toca. La merienda tampoco. Es sagrada.

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Sergi Roberto / Instagram