Sólo él puede convertir unas idílicas vacaciones en pareja en la playa de Zahara de los Atunes en una campaña contra Pedro Sánchez y su política migratoria. Albert Rivera en 24 horas resume aquello que siempre se le critica: apropiarse de las causas aprovechando que pasaba por allí. Con Beatriz Tajuelo, su compañera y representante de Miguel Poveda, ha estado en Marbella, en el concierto del cantaor de Badalona, y en Cádiz en la playa de fin de semana. Se acercan las elecciones andaluzas y no es suficiente con que Inés Arrimadas sea de Jerez. El lunes ya ha cruzado el Estrecho de Gibraltar para hacerse la foto con la Guardia Civil y criticar la política migratoria socialista con la correspondiente photo-oportuniy en la valla de Ceuta.

 

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Rivera ridiculiza al PSOE acusándolo de "márketing y ideas felices" y como no tiene a Antena 3 persiguiéndolo con una cámara se graba a sí mismo mirando no al objetivo sino si se despeina por el viento: se repasa el flequillo una decena a veces en el vídeo. Pronuncia un discurso electoral anti-inmigración para satisfacer a sus votantes de derechas: "Hay que luchar contra la inmigración irregular", es decir, contra los que se amontonan en la valla y se desangran intentando saltarla.

 

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Rivera apunta y sus acólitos disparan. Pedro G. Aguado lleva días atacando al gobierno del PSOE también por el tema migratorio retuitando a Rivera. El líder de Cs ya tiene Hermano mayor, o primo de Zumosol.