Miguel Bosé y Nacho Palau, enfrentados finalmente en los tribunales por la filiación de sus hijos. Durante los 26 años de relación sentimental, el cantante y el escultor fueron padres de cuatro criaturas gracias a la gestación subrogada: Tadeo y Diego, e Ivo y Telmo. Los dos primeros son hijos biológicos de Bosé, y los otros dos de Palau. Pero cuando se separaron en el año 2018, el autor de Amante bandido decidió que se los repartirían por la mitad, y se llevó a México a los dos menores que son suyos genéticamente. Su ex lo demandó por la custodia de los cuatro hijos, y hoy se han reencontrado en la primera jornada del juicio.

furgoneta Miguel Bose GTRES

La furgoneta de Miguel Bosé con el cantante en el interior, a la salida del juzgado de Pozuelo de Alarcón | GTRES

Antes de que empezara la vista a las 9 de la mañana, periodistas y cámaras de televisión los esperaban a ambos a las puertas de los juzgados de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Miguel Bosé no estaba. El cantante ha evitado entrar y salir por la puerta principal, y lo ha hecho directamente por el parking con una furgoneta roja. Nacho Palau, en cambio, sí que ha contestado a las preguntas de la prensa. "Confío en que se haga justicia. Es jodido que ahí vivan en una casa de puta madre, y que lleguen aquí y... Lo que yo quiero es que estemos todos felices y contentos", ha pedido rodeado de un montón de micrófonos. Los niños tienen 10 años, pero durante los primeros 8 años de vida vivieron juntos y sólo hace dos que los hermanos están separados porque así lo quiso Bosé. Así de gráfico es el valenciano cuando expone la situación en su Instagram:

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

#hermanosparasiempre

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Nacho Palau

Nacho Palau responde a las preguntas de los periodistas | Mediaset

"Hermanos para siempre". Más allá del aspecto mediático del juicio, la decisión del tribunal sentará un precedente sobre casos similares. Es la primera vez que llega al juzgado un caso como este, una pareja que se separa sin que los hijos fueran reconocidos legalmente por los dos en el momento del nacimiento. Antes de morir, Lucía Bosé había dejado bien claro que pretendía testificar contra su hijo. Decía que quería la unidad de los niños. La última palabra la tendrá un juez.