La consellera Dolors Bassa lleva 692 días en prisión. Cerca de dos años de los 12 que le ha impuesto el Tribunal Supremo por el delito de sedición y malversación. Un verdadero infierno, desproporcionado e injusto. Inhumano. Ahora bien, no conseguirán doblegarla. Su dignidad es el arma más poderosa para resistir los embates de la politizada justicia española, y sobrevivir al encierro forzado en la prisión de Puig de les Basses. Dignidad y capacidad para emocionarse incluso en las condiciones menos favorecedoras. La gerundense ha vivido un fin de semana esperanzador gracias a visitas que le han recargado las pilas. La primera, la de los representantes de la ilusión por antonomasia, con los reyes de Oriente llegando al centro penitenciario con retraso, pero cumpliendo su misión: "Magia".

Dolors Bassa ACN

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No ha sido la única razón para la alegría de la consellera de Trabajo represaliada. Las actividades en la prisión le han ofrecido una nueva oportunidad para dejar atrás, ni que sea por unas horas, la dureza y la crueldad del estado y la soledad de su jaula. Visitas con las que ha bailado, cantado y reído, sientiéndose lejos de las barrotes. Como la de la Eléctrica Dharma, que con su música le han permitido sentir que "mi cabeza y mi corazón eran libres". Lo explicaba su hermana Montse, una de las protagonistas de la tercera sesión de investidura de Pedro Sánchez, narrando una llamada emocionante.

montse balsa|alberca erc investidura efe

Montse Bassa EFE

compañía electrica dharma ACN

Companyia Elèctrica Dharma ACN

Dolors Bassa libertad UGT

Dolors Bassa libertad UGT.cat

Pueden encerrar a los presos políticos bajo siete llaves. Pueden aplicarles condenas que ni siquiera sufren criminales de sangre. Pueden incluso negar su existencia. Pero ni todos sus esfuerzos podrán birlarles todo aquello que el españolismo nunca conocerá: valentía, humanidad, honor y determinación por la voluntad del pueblo. Estamos con todos vosotros, Dolors.