El número de elefantes africanos no para de disminuir. Según un informe elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en 2015 sólo quedaban 415.000 ejemplares, 111.000 menos que en 2006. El estudio se ha realizado mediante avistamientos aéreos y recuentos sistemáticos de excrementos de elefantes, pero hay áreas de los 37 países africanos que tienen elefantes que no se han podido estudiar. Por eso los autores del informe apuntan que podría haber alrededor de 125.000 paquidermos más en las zonas que han quedado fuera del estudio. Este informe se ha presentado en una convención de la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITAS), que se está celebrando actualmente en Johannesburgo.

Caza furtiva

La directora general de la UICN, Inger Andersen, se ha mostrado alarmada por estas cifras, que indican que la supervivencia de la especie a largo plazo está en peligro. Este estudio también pone de manifiesto que las políticas aplicadas para salvar el mayor mamífero terrestre no son eficaces. Los elefantes se ven perjudicados por la progresiva desaparición de su hábitat: la desforestación y la construcción de carreteras e infraestructuras afecta duramente a las poblaciones de selva y de sabana. Pero el problema más grave para los paquidermos es la actuación de cazadores furtivos en busca de marfil. Según la UICN la acción de los furtivos nunca había sido tan grave como en los últimos años.

La distribución

La mayor concentración de elefantes está en África Austral, donde hay el 70% de los elefantes africanos; África Oriental tiene un 20%, África Central un 6% y África Occidental un 3%. El problema más grave de caza furtiva lo encontramos en África Oriental, y especialmente en Tanzania, país que ha perdido más del 50% de sus elefantes en la última década (en cambio las poblaciones se estabilizan o crecen en Kenia, Uganda, Ruanda y Etiopía). En África Central se observan disminuciones sensibles de las poblaciones de paquidermos en todos los países, pero sobre todo en República Democrática del Congo, que era el país que tenía las principales reservas.

Protección y crecimiento

Mientras en muchos países la población de paquidermos cae en picado, en Namibia, Sudáfrica, Zimbabue y Botsuana las poblaciones crecen gracias a una política muy esmerada de protección de los animales y de persecución de los furtivos. El único país de África Austral donde la población de elefantes se reduce es Mozambique.

La venta de marfil

Actualmente, en función de los acuerdos internacionales no es posible vender el marfil de elefantes si este fue extraído con anterioridad a la firma del convenio CITES (en 1989). Este marfil legal, cuando se vende, tiene que ir acompañado de un certificado que garantice su origen (aunque a menudo se vende marfil por internet sin el correspondiente documento). Namibia y Zimbabue, que tienen fuertes poblaciones de elefantes gracias a la protección a esta especie, han pedido a la UICN que se les permita vender el marfil acumulado de los elefantes muertos de muerte natural. Dicen que así estos países conseguirían recursos para luchar contra los furtivos; además, según ellos, el marfil legal provocaría un descenso del precio de este producto y habría menos demanda general de marfil ilegal, en perjuicio de los furtivos. En cambio, organizaciones animalistas como el World Wildlife Fund (WWF) se muestran contrarias a cualquier venta legal, alegando que permitir la venta legal de marfil supondría una forma de facilitar la introducción clandestina del marfil de los furtivos e incrementará todavía más la caza furtiva. Las experiencias de venta de marfil legal en Japón y en China, en 1999 y 2008, no fue satisfactoria: no consiguió abaratar los precios del marfil ni redujo las ventas de colmillos procedentes de la caza furtiva.