La tragedia no ha terminado para la familia de Michu. A pocos días de su fallecimiento, lo que parecía ser solo una disputa familiar más, se ha transformado en una bomba legal y emocional que amenaza con estallar en los platós de televisión y los despachos judiciales. La filtración de su testamento secreto, elaborado hace ocho años, ha abierto la puerta a un conflicto inesperado que pone en el centro a una víctima inocente: su hija Rocío.

El documento, según diversas fuentes, fue redactado cuando Michu vivía uno de los peores momentos con su familia biológica. Distanciada de su madre y su hermana, la joven habría dejado por escrito su deseo de que, en caso de fallecer, la tutela de su hija no recayera en ellas, sino en la familia paterna. Es decir, el entorno de José Fernando Ortega Mohedano, hijo de José Ortega Cano y hermano de Gloria Camila.

Testamento de Michu: ¿La última palabra frente al caos familiar?

La información ha sido revelada por el periodista Diego Arrabal, quien asegura que el documento ya está en manos notariales y que en cuestión de días podría hacerse público. De confirmarse su autenticidad, el testamento representaría un verdadero terremoto legal. No se trataría simplemente de voluntades verbales ni de deseos lanzados al aire, sino de una disposición notarial con validez jurídica.

En ese momento, y aun en la actualidad, José Fernando se encuentra incapacitado para ejercer la paternidad debido a sus problemas de adicciones, inestabilidad emocional y conflictos legales. Ante esta situación, Michu, consciente de las limitaciones del padre, decidió confiar la tutela temporal de su hija a la familia Ortega Cano, encabezada por el torero retirado y su hija adoptiva, Gloria Camila. Sin embargo, esta decisión ha generado un choque directo con las aspiraciones actuales de Tamara, hermana de Michu, quien no ha tardado en aparecer en los medios reclamando su derecho a hacerse cargo de la crianza de la niña.

La fiscalía de menores entra en escena ante la guerra por la custodia de Rocío

El caso ha alcanzado tal nivel de tensión que se dice que ha intervenido la fiscalía de menores, encargada de velar por el bienestar de la menor. Las autoridades analizan el entorno más adecuado para garantizar su estabilidad emocional, considerando no solo el parentesco, sino también el historial personal y la idoneidad de cada parte implicada. Mientras tanto, la lucha mediática se intensifica.

Por un lado, Gloria Camila ha optado por una postura moderada, respetuosa y paciente. Por otro, la familia materna no ha perdido ni un segundo en exponer sus intenciones públicamente. La aparición de Tamara, a menos de 24 horas del fallecimiento de Michu, en un plató televisivo ha generado fuertes críticas. Muchos acusan a la hermana de estar instrumentalizando la tragedia en busca de notoriedad o beneficios económicos.

En medio de esta tormenta legal, mediática y emocional, la gran perjudicada es la pequeña Rocío, quien ha perdido a su madre en circunstancias desgarradoras. Testigos aseguran que fue ella misma quien tuvo que pedir ayuda durante los momentos finales de Michu, lo que ha generado una enorme ola de compasión en el público. ¿Quién protegerá verdaderamente a esta niña? ¿Su familia biológica, con la que Michu apenas mantenía contacto cuando redactó el testamento, o los Ortega Cano, con quienes la menor ha convivido en varias etapas? Lo que está claro es que el documento legal podría decantar la balanza de forma irrevocable.