El rey Juan Carlos lleva un tiempo donde está viendo la cara menos amable de la vida desde que accedió al trono de España. El emérito ya no es el campechano a quien todo el mundo le reía las gracias. Y los últimos años, una serie de catastróficas desdichas han estropeado su imagen desembocando en unas fotos enfermízamente delgado y hundido, y viendo "cómo se acerca el final".
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Repasemos: el feo de su nuera a su mujer; su ex amante Corinna acusándole de tener dinero en cuentas suizas; Sofía rompiendo con él de puertas adentro; la mofa a las puertas de un restaurante de Vigo ("Eh, Juanca, ¿qué tal el centollo? ¡Viva la República! ¡A tope sin drogas"!); su yerno Urdangarin en la prisión; las supuestas paternidades de la belga Ingrid Sartiau o del catalán Albert Solà; la operación de corazón a vida o muerte en verano; la muerte de su hermana mayor Pilar; y el último revés, la muerte de su prima Cristina de Borbón.
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No sabemos si Juan Carlos ve la luz o no. Lo que parece claro es que ha visto la llamada de la fe y las últimas semanas hay quien asegura que se ha convertido en un religioso de cabo a rabo. Tanto, que incluso lleva una pulsera con el Padre nuestro. "Quién se lo iba decir a él! ¡Juan Carlos con una pulsera religiosa! Con la fama de calavera que en estos últimos años se ha ganado al trascender aspectos de su vida en parte disipada", escriben en El español. El medio asegura que JC no se separa de la pulsera, coincidiendo con una metamorfosis anímica que le ha llevado a buscar refugio en la religión.
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Explican que Juan Carlos, en el funeral de la hermana, confesó a los más próximos que de un tiempo a esta parte "solo quiero rezar". Problema: no se sabe el padre Nuestro actual: “Quiero rezar el Padre Nuestro, pero yo me sé el de ´perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores´, y no el otro”, le habría dicho a un íntimo. Por lo visto, no es capaz de memorizar "perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden". Quien sabe si a partir de ahora nos tendremos que acostumbrar a una versión más beata del emérito: "solo falta la foto en misa de 12 en el templo de San Ginés de Padriñán, la iglesia moderna de Sanxenxo".