Lejos de la aparente normalidad que proyecta el matrimonio formado por el rey Felipe VI y la reina Letizia, crecen las fuentes que hablan de una distancia emocional cada vez más marcada entre ambos y que dura desde hace más de  una década. Y entre todas estas sospechas, ha surgido una figura inesperada: un director de cine, al que ya algunos comienzan a comparar con el polémico Jaime del Burgo.

Este nuevo personaje habría estrechado su vínculo con la reina Letizia en los últimos meses. Según fuentes como la experta Laura Rodríguez, se trataría de un hombre discreto, con amplia trayectoria en el mundo audiovisual, y conocido por su cercanía con ciertas élites intelectuales catalanas. Se rumorea que sus encuentros se producen en un espacio privado que la reina frecuenta los fines de semana: un refugio cuyos gastos correrían por cuenta de la propia Casa Real. No solo eso: curiosamente, son pocos los lunes en los que la reina se deja ver en algún acto. Suele alargarse el descanso del fin de semana.

Letizia saludando / Europa Press

Letizia se estaría llevando a su nuevo amante a su piso de soltera

Este lugar, que muchos ya llaman el "piso de soltera" de Letizia, sería utilizado por la reina para desconectar de sus obligaciones y, sobre todo, de su convivencia institucional con Felipe VI. Allí, según ciertas fuentes, recibe a un reducido grupo de amigos, entre ellos este cineasta, cuya presencia se habría vuelto recurrente.

El paralelismo con la historia de Jaime del Burgo, el abogado que declaró haber mantenido una relación sentimental con Letizia incluso tras su matrimonio con el rey, resulta inevitable. Del Burgo llegó a afirmar que la reina y él se veían dentro del propio Palacio de la Zarzuela, donde disponía de una habitación ‘para amigos especiales’. Hoy, ese modus operandi parece repetirse, aunque con un nuevo protagonista.

Letizia

Se repite la historia de Jaime del Burgo

Desde luego, no hay confirmaciones oficiales. La Casa Real guarda un silencio absoluto, como es costumbre cuando surgen rumores que afectan directamente a la imagen de la institución. Pero las informaciones no dejan de multiplicarse.  A diferencia de Del Burgo, este nuevo vínculo no parece tener intenciones de salir a la luz. No hay mensajes en redes ni filtraciones directas.

Mientras tanto, la reina continúa cumpliendo sus funciones sin dar señales de debilidad. Y aunque su matrimonio con Felipe VI sigue formalmente vigente, cada vez resulta más evidente que el corazón de la reina habita en otro lugar. Uno que, irónicamente, también paga el Estado.