La ópera no acaba hasta que "canta la gorda" y un acto de Letizia no acaba hasta que canta Pilar Eyre. La cronista real catalana dedica en Lecturas una pieza sobre las maledicencias que se dijeron por lo bajini durante la recepción de los reyes en Argentina. Letizia escogió un traje rojo excesivo que En Blau definió como descocado. Bajo la mesa los invitados le dijeron de todo.
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Según publica Eyre, a Letizia le silbaron los oídos. Entre prensa y famosos presentes en el acto la dejaron no roja sino verde: “Tiene linda piel y brazos de culturista”. Otra: “Es sonriente, pero va rodeada de demasiado protocolo”, y también se sorprenden, “¡llevaba maquillada hasta la poitrine!” (la forma fina y francesa de referirse a los pechos). Aunque no falta la mala leche: “es una periodista de medio pelo, con las manos artríticas, yo no fui porque no me gusta arrodillarme ante nadie, como todos esos”, susurraban algunas invitadas.
Casa real
Letizia pasó por el escáner y le analizaron todo: manos artríticas, brazos de culturista y pechos maquillados. El contraste con todas y cada una de las invitadas era más que evidente, especialmente con su anfitriona, la mujer del presidente Macri. Allí había un álbum de cromos de argentinos famosos en España: la modelo Valeria Mazza, la presentadora Mirtha Legrand que dijo que Letizia se ha operado demasiado o Ricardo Darín "que se dirigió a la reina en plan colega e incluso la cogió del brazo entre risas".
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La lástima es no tener una foto conjunta de los reyes con una pareja argentina muy conocida que también estaba invitada al acto. La mejor metáfora del matrimonio real fue la foto de Felipe y Letizia con el dúo Pimpinela.