Probablemente en Zarzuela están encantados con los símbolos de españolidad que luce la infanta Elena en cada una de sus apariciones públicas: los colgantes, sombreros, carcasas de móvil y todos los accesorios que puede customizar con la rojigualda hacen las delicias de los parroquianos de las plazas de toros o de los más borbónicos del país. Pero alguien le tendría que decir que parece una tienda de Todo a 100 (o Todo a un euro).
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Porque la imagen que proyecta en el exterior es de mofa y escarnio. Emperifollada hasta el extremo, con floripondios y sombreros tres tallas grandes y una parafernalia exagerada de elementos decorativos, la hija mayor del emérito aglutina las miradas a su paso, y despierta la imaginación de los cronistas reales. Y para la prensa alemana no han pasado desapercibidos los looks reales de la infanta. Si caen rendidos a los pies de Letizia, por la imagen que proyecta, la cuñada es como la marca blanca de la Casa Real española. Cuando menos, en las crónicas. Como el bufón multicolor que divertía a los reyes años atrás. La revista Bunte todavía se está recuperando de la aparición de la infanta al lado de su padre en los palcos de Roland Garros, viendo a Rafa Nadal.
Efe
La Duquesa de Lugo fue a París con el sempiterno sombrero, la típica flor gigante en la americana a la que ahora le ha cogido afición, colgantes, pulseras, anillos y todo lo que encontró por casa. Cosa que ha sorprendido al citado medio alemán: "La Infanta combinó brazaletes, un gran broche, sombrero y anillos chillones. La variedad de accesorios casi recordaba el aspecto de un famoso pirata". Elena von Spanien vista como una reencarnación de Jack Sparrow o Barbanegra. Así es como ven a la hermana del rey.
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Aunque entre ella y la muleta de Juan Carlos, ya tenemos el combo perfecto de en quien piensa la revista alemana, el pirata Patapalo.