El príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, ha estado bajo el escrutinio público debido a su controvertida relación con el fallecido magnate Jeffrey Epstein, líder de una red de trata de menores. La polémica entrevista que concedió para limpiar su imagen, seguida por la demanda por abuso sexual presentada por Virginia Giuffre, ha dejado una sombra sobre su legado. Giuffre acusó al duque de York de mantener relaciones sexuales con ella cuando tenía solo 17 años. El resultado de esta demanda fue un acuerdo económico por 14 millones de euros para evitar un juicio, suma que inicialmente se creyó sería financiado con dinero público, pero finalmente provino de cuentas privadas de la reina Isabel y del príncipe Carlos.
El duque de York, antes de ser excluido de los deberes reales y despojado de sus títulos oficiales, ocupó el cargo de embajador comercial del Reino Unido para promover los intereses británicos. Sin embargo, su papel ahora está bajo el escrutinio público, ya que el biógrafo Andrew Lownie ha solicitado acceso a la información relacionada con el uso de esos fondos por parte del hijo predilecto de la reina Isabel. Pero todo parece indicar que el ex de Sarah Fersuson será intocable y estará protegido por la Corona hasta el año 2065.
Lownie, conocido por escribir varias biografías sobre la Familia Real británica, incluidos miembros como el rey Eduardo VIII y Lord Mountbatten, solicitó información al Ministerio de Extranjería, Desarrollo y Commonwealth de Reino Unido, así como a su departamento de Comercio, sobre el papel del príncipe Andrés como representante especial de comercio e inversión del Reino Unido, un cargo que ocupó desde 2001 hasta 2011. “Son muchas las preguntas que quedan por resolver sobre su papel como enviado comercial, un nombramiento público sufragado por los contribuyentes”, afirmó Lownie al ‘Daily Mail’. Sin embargo, sus solicitudes han sido oficialmente denegadas.
Las reglas de privacidad de la Familia Real
La denegación de las solicitudes de Lownie se debe a una normativa especial que rige únicamente los documentos oficiales relacionados con la Casa Real británica. La mayoría de estos documentos estarán disponibles en los Archivos Nacionales del país después de 20 años, excepto para los miembros de la Familia Real. Según informa el ‘Times of London’, el rey (Carlos III), el heredero al trono (el príncipe Guillermo) y el segundo en la línea de sucesión (el príncipe George) están exentos de hacer públicos sus informes.
La incógnita sobre el príncipe Andrés hasta 2065
En el caso de los documentos relativos a otros miembros de la familia Windsor, como el duque de York, “permanecerán sellados hasta que transcurran 105 años desde su nacimiento”, según el portal ‘Tatler’. Esto significa que la correspondencia oficial y la información sobre sus viajes seguirán siendo secretos hasta el año 2065. Andrew Lownie y muchos británicos esperan que el nuevo rey modifique esta norma en aras de una mayor transparencia en la institución real. "Espero que en un nuevo reinado solo se apliquen las exenciones necesarias (…) Los retrasos en la publicación generan especulación y teorías infundadas; la divulgación contribuiría a restaurar la confianza en las instituciones, no solo en la monarquía", declaró el biógrafo a ‘The Telegraph’.