El diario La Rioja informa que la visita de los reyes a esta comunidad escondió un encuentro que no salió publicado en ningún sitio: la reunión con la viuda de un coronel de la guardia civil que murió por coronavirus. En su momento, reiteraron que su muerte vino derivada por un viaje personal que hizo en Bélgica pero en ningún caso porque se contagiara mientras estaba de servicio. A pesar de todo, Felipe y Letizia consideraron indispensable dar el pésame personal a su mujer, Lourdes Estívariz, y sus dos hijos gemelos. Un gesto que no tuvieron con las familias de los otros 335 muertos en La Rioja por este virus, entre otros, personal sanitario.

El encuentro se hizo ayer viernes 10 de julio entre dos visitas programadas a la bodega López de Heredia y la Estación Enológica de Haro. El encuentro fue de carácter privado, según informan, por "deseo propio del Rey". El teniente coronel muerto era Jesús Gayoso, destinado al Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil (GAR) y murió el pasado 27 de marzo a los 48 años. Su mujer recogió a título póstumo la medalla a 'Riojano de Honor' coincidiendo con el Día de La Rioja.

Teniente Jesus Gayoso

El difunto guardia civil Jesús Gayoso

En el discurso de agradecimiento, destacó que por el cuerpo de su hombre difunto "corría sangre española por todas sus venas" y lo comparó "con un buen vino". El discurso patriótico lo cerró diciendo que "desde el cielo seguiría trabajando por todos los españoles". Gayoso nació en la Coruña pero a pesar de ser gallego, sus destinaciones lo trajeron a Asturias y finalmente a La Rioja.

 

Felipe VI y Letizia han visitado por tercera vez esta comunidad autónoma desde la proclamación como reyes de España el año 2014. Primero se desplazaron para inaugurar un curso de formación profesional, posteriormente presidieron los actos del Día de las Fuerzas Armadas y ahora para promover el turismo después de la pandemia, sin olvidar, los cuerpos de seguridad del estado.

La visita también ha servido para ver, una vez más, cómo la reina se salta el protocolo establecido. La última imagen que nos ha regalado es pasar por delante de su marido y saludar a todo el mundo. Un gesto que rompe con las normas aunque también es cuestionable si estas no denotan tintes machistas o atascados en otras épocas.