Dinamarca arde. La Familia Real se ha visto sacudida por el escándalo del futuro rey del país, el príncipe Federico. Un tema de faldas, de infidelidad, de doble vida, que ha quedado expuesto a la opinión pública. Las fotos del marido de Mary Donaldson con la mexicana Genoveva Casanova durante un fin de semana en Madrid, parecen lo bastante explícitas para no tragarse la versión oficial de "somos amigos y nada más". Y la intrahistoria del encuentro lo empeoran. Tampoco ayuda la huida de Genoveva, escapando del alboroto que se ha montado a su alrededor, y que ha hecho temblar Copenhague. Ahora está en Londres, esperando que pase el pollo. Muchos sostienen, sin embargo, que está detrás de publicación del material. Una forma de venganza, despechada porque quería dejarla. Y un negocio para los paparazzis, subastándolo al mejor postor. Un thriller del género, sin duda.
Que te destapen las miserias de esta manera tiene que resultar incómodo a la fuerza, pero hay elementos añadidos que lo hacen extremadamente pesado e insoportable. Por ejemplo, la perfecta sincronización de 'Lecturas' con la visita de los reyes de España a Dinamarca. La reina Margarita, ante el enésimo papelón de su vida. Mary Donaldson subiéndose por las paredes. Federico pellizcándose para despertar de la pesadilla. Y Felipe y Letizia allí, haciendo muecas pero con un bol de palomitas. Si las imágenes de Madrid eran potentes, la reacción también lo valía. El lote completo. Pero es que hay más damnificados en este serial. Y uno de ellos hoy lo pasará regulinchi. Eso sí, aprenderá el oficio: el heredero del heredero, el príncipe Christian, de 18 años.
Christian se estrena este 14 de noviembre en sus responsabilidades como futuro Jefe del Estado. Es su jura de la Constitución, como Leonor. Asiste a un Consejo de Estado por primera vez, y sentirá todas las miradas puestas en cada gesto y cada palabra. El regalo que le ha hecho papá, en esta ocasión señalada que pasará a los libros de Historia, no ayuda a transmitirle seguridad ni confianza. El cuchicheo sobre los asuntos íntimos de palacio y de la relación de sus padres sobrevolará el ambiente y sus pensamientos. Y tendrá que aprender a controlar las emociones, veremos si está preparado. El examen es de nota.
El joven puede coger ideas de su abuela, Margarita, tajante y experimentada toreando escándalos. La reacción ha sido la de blindar al máximo a la pareja, evitar el contacto con los medios de comunicación y restringiendo el acceso a actividades que, antiguamente, siempre habían sido territorio amistoso para los informadores de crónica rosa, real y social. La monarca envía un mensaje claro: aquí no ha pasado nada, circulen, todo el mundo a callar. Si haye que tirar de la oreja o cortar algún apéndice se hará en privado, como en las casas decentes. Nada de hacer la colada a la vista de todo el mundo, ¿dónde se ha visto eso? Pobre ingenua. Esto es el comienzo de la tormenta. Christian, calienta, que sales.
