El jinete, empresario agrícola e hijo de la difunta Duquesa de Alba, Cayetano Martínez de Irujo, se ha hecho una tournée mediática aprovechando el inminente inicio de una competición ecuestre en Madrid. Poco amigo de los medios de comunicación, el aristócrata pone su mejor cara cuando los necesita para explicar sus historias. Mejor dicho, para ampliarlas, ya que muchas ya nos suenan. Y demasiado. Historias que nos hablan de un "pobre niño rico", nacido en palacio pero que ha pasado penurias económicas ("no hemos pasado hambre pero necesidad sí"). Un relato lacrimógeno que eso sí, ha adornado con una perlita desconocida hasta estos días: La Casa de Alba, "monárquica por sangre", censurando al rey emérito, Juan Carlos I, por haber cometido "errores muy graves"
La Sexta
Cayetano se refería a dos hechos en concreto: El caso Urdangarín y la cacería de elefantes en Botsuana, como los patinazos inadmisibles de un monarca que "durante muchos años había sido un rey magnífico". A pesar de la superficialidad de su análisis, nunca habíamos escuchado a la poderosísima familia aristócrata tirar de la oreja de un miembro tan relevante de la casa real. Quizás por esta razón Martínez de Irujo ya había puesto la venda antes de la herida, declarándose monárquico no (sólo) por tradición familiar, sino por "lo bien que lo está haciendo Felipe". Todo en orden, majestad.
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El duque de Arjona hizo estas manifestaciones en el programa Liarla Pardo de Cristina Pardo, a quién tambén habló de otro jefe de estado español, en este caso del dictador fascista Francisco Franco. Sobre su exhumación, se siente soprendido por que haya un sector amplio de la población que quiera sacarlo del espacio público, ya que está enterrado en "un mausoleo extraño, decadente". El Valle de los Caídos es mucho más que eso, Cayetano. Es tenebroso y macabro. Pregúntales a las víctimas obligadas a compartir lugar de reposo con su verdugo.