Los últimos años no han sido los mejores para Charlene, su llegada a la Familia Real monegasca es la gran prueba de ello. La posición que ocupa en el principado se ha discutido ampliamente, la conclusión más acertada es que su deber nunca fue fácil. Tuvo que ganarse a la sociedad más conservadora, lo que resultaría agotador. A lo largo de los años, logró ese cometido. Lo más difícil, sin embargo, es la relación con el entorno de su marido. Uno de los miembros fundamentales es Carolina de Mónaco, con quien no tiene buena sintonía y lo volvió a demostrar esta Navidad.  

Tal es el interés que despierta Charlene, que se ha analizado su rostro y expresión corporal en cada aparición pública. Desde el principio, cuando se comprometió con Alberto II, su rostro ha rozado la tristeza. Así han surgido rumores e informaciones que apuntan a que no está cómoda dentro de la familia principesca y con su rol. Según informó Mujer Hoy, el príncipe le habría dicho hace algunos años a un amigo que: “la parte más difícil será que la acepten mis hermanas”. Estefanía y Carolina de Mónaco tenían la costumbre de ‘menospreciar’ a sus novias. 

De acuerdo con el periódico alemán Frankfurter Rundschau, la llegada de la exnadadora desplazó a Carolina y esto creó una enemistad que ha perdurado con los años. Aparentemente, la primogénita de Raniero y Grace Kelly se siente desplazada, situación que se acentuó más cuando nacieron Jacques y Gabriella. Para terminar de empeorar su relación, la mujer de Alberto permaneció meses exiliada por una grave infección en el oído que adquirió en Sudáfrica en 2021. La aristócrata tomó el lugar de su cuñada y fue relegada una vez más a su regreso. Este año, las cosas se salieron de control en Nochebuena. 

La tensión aumenta entre Charlene y Carolina de Mónaco

Algunos medios comentan que la sudafricana ha tenido un cambio de actitud, que se presenta más natural y segura frente a las cámaras. Así como han querido retratar una reconciliación entre ella y la mujer de Ernesto de Hannover, hecho totalmente falso. Unas cuantas fotografías sonriendo frente a la cámara no dicen nada, el principado quiso exhibir una armonía artificial. Así que no fue sorpresa las informaciones de la velada de Navidad, cuando el clan Grimaldi se reunió. 

La melancolía volvió a atacar a la nombrada ‘princesa triste’, quien evitó al máximo a la familia de su esposo en la cena de Nochebuena. Dicen que Charlene no habló con Carolina en toda la noche y tampoco se relacionó con Estefanía. El muro glacial entre ambas se mantiene más sólido que nunca, compartieron mesa durante la comida y después la joven partió a sus aposentos. En todo momento echó de menos la reunión que solía hacer en su tierra natal, con su familia y sin la falsedad de su ambiente actual. Por otra parte, su matrimonio sigue sin ir bien, tiene que guardar las apariencias y por ello comparten espacio. Aparte de los celos, se cree que Carolina de Mónaco no soporta a Charlene porque no responde a las expectativas como princesa de Mónaco. Su escapada a Sudáfrica continúa siendo un punto sensible.