El matrimonio real entre Charlene de Mónaco y el príncipe Alberto ha sido centro de especulaciones, intrigas y un supuesto acuerdo económico. A pesar de los 12 años juntos, los rumores sobre la distante relación entre ambos han inundado los titulares. Ahora, la Navidad se convierte en el escenario donde el valor monetario de la unión se pone en evidencia. De cara al público, tanto Alberto como Charlene intentan mantener una fachada armoniosa, por lo que  el soberano monegasco ha dedicado esfuerzos incansables a desmentir cualquier rumor sobre su matrimonio. De hecho, en una entrevista con el ‘Corriere della Sera’, el monarca expresó lo siguiente: “No entiendo todos estos rumores que me hieren, sobre ella viviendo en otro lugar, en Suiza, con reuniones, con cita para vernos. Falsedades”. Asimismo, hizo hincapié en que, si bien su esposa le brinda apoyo en el liderazgo del Principado, no pasan todo su tiempo juntos, ya que ambos son una pareja laboriosa y los compromisos laborales a menudo limitan su tiempo para compartir.

Un matrimonio por conveniencia: detalles del contrato real

Más allá de estas declaraciones, poco se conoce acerca de la vida privada de la pareja. Sin embargo, siempre ha dado la impresión de que su matrimonio es más un acuerdo pragmático que una historia de amor romántico. Fuentes cercanas al Palacio Grimaldi insinúan que la relación de Charlene de Mónaco con Alberto se mantiene por conveniencia, y sugieren que ella recibiría una compensación de un millón de euros por posar como una familia feliz en la tarjeta navideña y asistir a la cena junto a su esposo y sus dos hijos, Jacques y Gabriella.

Dentro de la realeza, la imagen del líder de la familia real es fundamental y el divorcio suele ser considerado un símbolo de mala reputación. Esta presión es evidente en el caso del príncipe Alberto II de Mónaco, quien no puede permitirse el lujo de divorciarse. Aunque el amor entre él y Charlene ya no exista, se especula que mantienen una fachada por un contrato lucrativo que les exige aparentar ser una pareja feliz ante el público. Esta representación es vital para preservar la imagen pública del monarca y no comprometer su posición en la realeza.

La foto navideña: ¿sonrisas forzadas por un millón de euros?

En este contrato se estipula claramente que el matrimonio debe mantenerse a toda costa. Sin embargo, permite que ambos príncipes lleven vidas separadas. La sorprendente revelación es que se rumorea que Charlene de Mónaco recibe un pago de 12 millones de euros para acompañar a su esposo en momentos cruciales para la familia real, como la Navidad, donde es tradición tomar una foto familiar con los príncipes y sus hijos. El precio estimado de esta imagen asciende a un millón de euros, equivalente a lo que Charlene de Mónaco recibe mensualmente mientras siga casada con Alberto. Esto se deriva del contrato que, según se dice, la obliga a estar presente en los momentos más significativos y visibles junto al príncipe, resaltando la relevancia de su presencia conjunta en la esfera pública.