La declaración del ex-conseller de la Presidència Francesc Homs ante el Tribunal Supremo por la consulta del 9-N, a la que ha tenido acceso El Nacional, pone de manifiesto que asume los preparativos y que actúa por mandato parlamentario. "Actué siguiendo el mandato del Parlament", indica a los magistrados.

Homs justifica en todo momento que la decisión de suspender la consulta del Tribunal Constitucional es una maniobra del Gobierno Español para detener el proceso soberanista y que no había, desde la Generalitat, manera de detener la jornada participativa. "En todo momento se actuó no sólo de foramen prudente sino razonable" argumenta Homs que pone de relieve el hecho de que es tiene la "impresión de que este es un juicio más político que de debate jurídico"

La declaración del actual diputado en el Congreso se desgrana a lo largo de 33 páginas. Durante todo el interrogatorio, Homs intenta hacer un alegato continuado, que sólo queda interrumpido por las preguntas del magistrado, cuestionando la imparcialidad del poder judicial. Hace también un ataque directo a la Fiscalía y una defensa de los derechos fundamentales, que, en su opinión, la prohibición del Tribunal Constitucional vulneró al tumbar la consulta.

En todo momento, ante diferentes preguntas del magistrado, Homs no niega su implicación en los preparativos de la consulta. Es más, dice en reiteradas ocasiones la misma expresión: "Soy el responsable". Y argumenta que era "público y notorio" lo que se estaba preparando desde el Govern de la Generalitat.

El ex-conseller de la Presidència expone al juez una propuesta de acuerdo del Gobierno español para poder celebrar el 9-N aunque fuera sin reconocimiento formal, pero evitando las represalias jurídicas. Homs explica que se les ofreció "no hacer nada" si Mas no materializaba la comparecencia pública al final de la jornada del 9-N. "Eran las ganas de impedir fácticamente una percepción política que no gustaba", expone el magistrado y califica el trato del Gobierno español de "indigno".

Homs ratifica la declaración voluntaria que efectuó en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y como alegato para su defensa cuestiona la imparcialidad del poder judicial.

El actual diputado en el Congreso no esconde en ningún momento ni niega que el Govern estuviera preparando la consulta y que eso lo sabía todo el mundo: "Que nosotros organizamos el proceso participativo es público y notorio", indica. Y reprocha que después de la rueda de prensa que hizo Artur Mas anunciando la consulta, el 14 de octubre del 2014, nadie del Gobierno hizo nada para pararla en ningún momento, hasta cuando ya se encontraron con la convocatoria encima. Homs argumenta que el Estado español movió finalmente ficha porque "se monta un pollo político" y lo hizo cuando "vio que cogía una dimensión política y ciudadana que lo molestaba".

También asegura que desde la Generalitat técnicamente no podían parar la consulta que ya estaba en manos de voluntarios, en el momento que llegó la resolución del TC, y que no tenían margen ya para actuar. "¿Cómo tengo que suspender una cosa que no hago?", concluye Homs en el Tribunal Supremo.

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Neutralizar e intimidar

Homs defiende que "todo llegó a un punto tal de despropósito" en la actitud del Gobierno español, que al final sólo le quedó recurrir al Tribunal Constitucional. A lo largo de la declaración, el ex-conseller de la Presidència defiende de forma contundente que "todo lo que estábamos haciendo tenía marco y curso legal".

La defensa del alegato del ex-conseller pasa por muchos momentos de ataque al Gobierno español. Homs remarca que el ejecutivo estaba desesperado para frenar la consulta, que en aquel momento era para el ejecutivo de Rajoy el icono del procés. Homs habla claro en este sentido ante los magistrados: "La obsesión del Gobierno español era neutralizar fácticamente lo que se hacía en Catalunya e intimidar", apunta. Y en un momento de máximo impulso, lanza literalmente: "Les salió rana". Y sigue: "Claro, se montó lo que se montó de buena manera, 2.350.000 personas, y a partir de aquí en vez de actuar políticamente que es como creo que gente sensata de cualquier signo piensa que se tendría que haber actuado, pues no, forzó a la Fiscalía incluso con la dimisión del fiscal general del Estado, cambiando de posición y humillando a la Fiscalía de Catalunya".

Arbitrariedad

El ex-conseller de la Presidència expone entonces como eje central de su defensa una politización de todo el caso. "Lamento que las máximas instituciones judiciales del Estado Español actúen con esta sospecha de imparcialidad y con esta sospecha de arbitrariedad", señala.

A lo largo de la declaración, el ex-conseller hace claras referencias al papel de la Fiscalía poniendo en cuestión su independencia. Entre los ejemplos que cita están las declaraciones de la fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, en la apertura del año judicial, advirtiendo del procés. Homs declara: "Da la sensación, no lo puedo decir de otra manera, de que ha habido un comportamiento gregario del magistrado instructor del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ante la actuación de la Fiscalía y una actuación también gregaria de la Fiscalía, ante los intereses partidistas del Gobierno de España".

"Actuamos según la ley y manteniendo lo que era un compromiso político porque estábamos en el terreno de la política", insiste el diputado del PDECat.

Homs saca durante la declaración, la cuestión de las grabaciones de la conversación entre el ministro del Interior, Jorge Fernández Diaz, y el ex-director de la Oficina Antifrau Daniel de Alfonso, y expone al juez que el ministro comentó que podía "afinar asuntos con la Fiscalía" sólo porque su partido y el Govern son adversarios políticos del Estado español.

En defensa de los derechos fundamentales

A lo largo de las prácticamente dos horas que dura la declaración, Homs expone a continuación al juez la vulneración de los derechos fundamentales. "Estaban en juego los derechos fundamentales. El derecho a la libertad de expresión, el derecho fundamental a la libertad ideológica," dice. Y añade: "Por descontado, el derecho fundamental de la participación política".

El ex-conseller de la Presidència expone al magistrado del Supremo que, como miembro del Govern, tenía que proteger estos derechos de los ciudadanos.

¿"No podía decir ni mu"?

Homs reta al magistrado en varios momentos de la declaración. Uno de ellos es cuando lo interpela directamente: "¿Como consecuencia de aquella resolución del Tribunal Constitucional, el Govern de la Generalitat no podía decir ni mu?". Y vuelve: "Eso afectaba también al Gobierno de España. Y el Gobierno de España hizo el día 9 de noviembre por la noche una comparecencia pública".

El diputado replica al magistrado que el acontecimiento y el gran número de medios de comunicación que congregó de todo el mundo, hicieron necesaria la comparecencia de Mas, acompañado de Joana Ortega, valorando la jornada.

Como parar la consulta

En el único momento en que el juez parece que ponga entre la espada y la pared en Homs es cuando justifica que el proceso para hacer la consulta se podía detener y que era tan sencillo como "si el CTTI se le dice que queda suspendido en consecuencia de la provicència del Constitucional, no hay ordenadores, por lo que los voluntarios no podían haber recogido los ordenadores, ni la gente hubiera podido ir a votar ".

Y aquí Homs y el juez entran en un "tuya-mía", un diálogo picado:

Y Homs retoma sobre si realmente era o no delito la consulta del 9-N y que el debate político salta a los tribunales.