El Memorial Democràtic expone, en su sede de la calle Peu de la Creu, la exposición "Los 'Niños de la Guerra' explican su vida, explican tu historia". Se trata de una exposición preparada por el Arxiu Nacional de Catalunya y la asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE) y el comisario es Juan Barceló, vocal de la AGE. Con esta muestra se quiere recordar a los 3.000 niños y niñas españoles que fueron evacuados en 1937 a la Unión Soviética y que vivieron durante muchos años allí.

Nuestros niños refugiados

La exposición quiere recordar que un gran contingente de niños españoles, mayoritariamente del País Vasco y Cantabria, para escapar a los bombardeos y a la guerra, se marcharon hacia la URSS. Sus padres se vieron obligados a escoger entre separarse de sus hijos u obligarlos a someterse a los padecimientos de la guerra. Lo que no sabían muchos de los padres es que la separación sería tan larga: la victoria franquista a la guerra civil y la guerra mundial hizo que muchos de estos niños se quedaran en Rusia muchos más años de lo que habían previsto.

Sin arrepentimiento

Estos niños lloraron mucho porque querían volver a ver a sus padres y retornar a su país. Pero muchos de ellos, al repasar lo que fue su experiencia, y compararla con cómo fue la de sus compañeros que se quedaron en España, se muestran muy satisfechos de su estancia en la Unión Soviética. Recuerdan que el gobierno soviético los trató muy bien. Muchos mantienen la doble nacionalidad, española y rusa, y unos pocos se quedaron en la antigua Unión Soviética. Hay incluso algunos que murieron en la URSS luchando con el Ejército Rojo contra los nazis.

El papel del ANC

El Arxiu Nacional de Catalunya hace tiempo que tiene un proyecto con la AGE, denominado Legación de la Memoria, para salvaguardar documentación relacionada, en un sentido amplio, con la guerra civil. El ANC recopila, en régimen de donación o de depósito, todo tipo de documentos sobre este tema, los digitaliza, los cataloga y los restaura. Después otorga al donante una copia digitalizada de los materiales. Entre los 52 fondos salvados hasta ahora, hay el del Centro Español de Moscú, de donde han salido buena parte de los materiales de esta exposición.

El fondo del Centro Español de Moscú

El Centro Español de Moscú, durante muchos años, recopiló materiales de los "niños de la guerra": llegó a tener casi 5.000 fotografías, pero también postales, dibujos... Fue salvado por su secretaria general, Dolores Cabra, que por su cuenta lo transportó desde la capital rusa a España en 2000. La AGE y la Fundación Nostalgia consiguieron que estos fondos fueran cedidos al ANC. Y fue la AGE quien preparó la exposición que ahora se puede ver al Memorial Democràtico y que anteriormente ya se había podido ver en Madrid, Rusia, Santander y Oviedo.

Seis ámbitos

Se trata de una exposición que se muestra en un espacio reducido, y que está compuesta por seis espacios: la evacuación, la acogida, los internados, la II Guerra Mundial, la inserción en Rusia y el retorno. La colección de fotografías es muy buena, a pesar de que se detecta una marcada tendencia al retrato propagandístico. También son de gran belleza los dibujos de los niños. Y hay una magnífica compilación de textos de "niños de la guerra": de su vida en Rusia, de su nostalgia, del choque del retorno, de la sorpresa que les causó la desestalinización, del complejo sentimiento de doble pertenencia que arrastran... Todo una disección de la vida de un colectivo marcado profundamente por dos guerras.

Pequeña, pero densa

La exposición no es muy grande. Eso se trata de compensar con una acumulación de plafones muy juntos, y con la incorporación de numerosos textos y dibujos en cada panel. Aunque hay materiales de gran calidad, son poco diversos y la visita es poco ágil, pues requiere un gran esfuerzo de lectura. Es un interesante intento de recuperar la memoria de aquellos niños, incorporando un gran número de materiales producidos por ellos, pero se habría agradecido que eso se completara con un cierto aparato crítico. La exposición, que tiene un contenido muy digno, habría ganado con un esfuerzo formal, con una reducción de los materiales expuestos y con la elaboración de materiales complementarios (por ejemplo, audiovisuales). En cualquier caso, la visita a la sede del Memorial Democrático constituye una magnífica ocasión para recordar la epopeya de aquellos "niños de la guerra".