La inversión en startups en España en 2023 ha dado un giro estratégico. El capital busca invertir en negocios menos exigentes en capital y con un camino más corto para obtener rentabilidad. Eso no significa que haya menos liquidez o que descienda el número de operaciones, pero sí que las circunstancias macroeconómicas marcan la agenda de los inversores cuando tienen que elegir una empresa emergente a la que destinar sus recursos de capital. 

“Las bases para crear start-ups de éxito en España están establecidas y existe liquidez en el lado de la inversión gracias a los fondos captados en años anteriores, por lo tanto, no prevemos una ralentización de la inversión, especialmente la que va destinada a la fase inicial de los proyectos, pero sí hay un cambio de tendencia”, explica Tomás Penaguião, socio de Bynd Venture Capital, al ser preguntado por la perspectiva del sector en 2023. Menciona que la inversión en start-ups en España en 2022 ha descendido ligeramente respecto al año anterior, situándose en niveles equivalentes a la cantidad total invertida en años anteriores a la pandemia.

A su entender, como ocurrió durante la pandemia, la liquidez existente en 2023 se encaminará a las soluciones más disruptivas y las de los sectores en crecimiento serán las más privilegiadas dentro de las opciones de inversión, en perjuicio de las demás. Sin embargo, Tomás Penaguião considera que los inversores deben mantener su foco en las áreas de inversión donde ya han adquirido conocimientos y experiencia.

En este sentido, desde Bynd, un fondo que cree firmemente en el papel que la tecnología puede jugar en el desarrollo de diferentes sectores, se trabajan dos áreas “prometedoras”: la aplicación del blockchain a diferentes casos de uso y el climate tech. El blockchain es muy interesante para avances en “la identidad digital, los pagos online o la monitorización de las cadenas de distribución”, mientras que todos aquellos negocios relacionados con la aplicación de la tecnología en la promoción de un planeta más sostenible son “muy interesante, desde las alternativas a la proteína animal, software para monitorizar la huella de carbono o la digitalización del acceso a la energía solar”.

Basándose en estas prioridades, Bynd tiene activas participaciones en 35 empresas, de las que destacan 16 inversiones en empresas españolas. Algunos casos de éxito en el mercado, como Impress, Colvin, Ukio, Ritmo, Incapto, entre otras. En Portugal, también tiene empresas con gran potencial, como Defined.ai, Didimo, Probely, UpHill o Weezie. De hecho, actualment, tiene unos 20 millones de euros de activos bajo gestión.

Tomás Penaguião manifiesta que el área geográfica en la que se encuentra la empresa emergente no es definitoria para elegir en qué proyecto invertir. El capital, como en el caso de Bynd, concreta su inversión “en función del mérito de los proyectos y no de la geografía donde se asientan” Se tienen en cuenta “el potencial de crecimiento, el tamaño del mercado en el que operan, la competencia y también los factores diferenciadores del proyecto”. El equipo que hay detrás de la empresa emergente es, sin duda, “otro factor determinante, ya que su experiencia, ambición, conocimiento de la tecnología y el mercado, capacidad para gestionar la empresa y los equipos, y su compromiso con los inversores son claves para que la relación de inversión dure varios años”.

No obstante, el socio de Bynd admite que algunas diferencias hay entre mercados. España y Portugal no quedan al margen. El mercado español de start-ups empezó siendo más B2C, con casos de éxito como Glovo, Cabify o Idealista, entre otros, mientras que Portugal siempre ha sido un mercado predominantemente B2B. Los unicornios que lo demuestran -Talkdesk, Outsystems, Feedzai- son en su mayoría B2B. “Esto ocurre porque Portugal es un país con un fuerte talento tecnológico, pero sobre todo por las características del mercado, es decir, tenemos un mercado doméstico pequeño que dificulta obtener métricas interesantes en B2C y que obliga a una internacionalización más temprana. Sin embargo, en los últimos años también hemos visto cómo nuevas empresas B2B aumentan su relevancia y peso en el ecosistema español”, especifica Tomás Penaguião.

Esta sociedad de capital riesgo quiere mantener el desarrollando de herramientas y recursos que apoyen a las empresas que están bajo su órbita, para fomentar su crecimiento y sus planes de expansión. Para ello, Bynd impulsará la captación de nuevos fondos de inversión que “nos permitan hacer crecer la estructura, continuando el trabajo que hemos desarrollado en los últimos 12 años, y por último, alcanzar éxitos estratégicos en empresas del portfolio que generen retornos para nuestros inversores”.

Sobre las consecuencias de la nueva ley española para las start-ups, el responsable de Bynd Venture Capital expone que es un avance positivo como marco normativo para emprendedores e inversores, “pero hay otros incentivos necesarios para el crecimiento de un ecosistema relevante”. En este sentido, reclama formación y atracción de talento cualificado en áreas tecnológicas y de gestión empresarial; la creación de una sólida base de universidades, aceleradoras, incubadoras y Ventures Builders que apoyen a los emprendedores en las primeras fases de sus negocios. También propone acelerar la madurez de los emprendedores y generación de éxitos relevantes que suelen traducirse en reinversión en el ecosistema. Por el lado de los inversores, Tomás Penaguião sería partidario de mejorar la profesionalización y capacidad de inversión de los business angels y los fondos de capital riesgo; a la vez que fomentar la participación de empresas e inversores institucionales en nuevas empresas y fondos de capital riesgo.