PlanetAI Space es el artífice del software que, combinando imágenes satelitales, datos y algoritmos, detecta y mide la contaminación de los gases de efecto invernadero dispersos por el Planeta. Su principal foco de actuación, en los dos primeros años de su existencia, es la localización de 30 millones de pozos de combustibles fósiles -básicamente petróleo y gas- que las empresas extractoras han dejado abiertos y abandonados alrededor del mundo, sin tener en cuenta que siguen emitiendo peligrosos contaminantes atmosféricos, como el metano. Asia Pacífico, Estados Unidos y Latinoamérica son las áreas donde existen más pozos abiertos aunque no estén operativos para la extracción, pero muy pocas empresas muestran interés en resolver esta anomalía. Únicamente en Europa, con una extrema regulación administrativa, las multinacionales asumen el cierre de las zonas extractivas una vez agotados los recursos naturales. "Es un tema reputacional y de carácter sancionador que desgraciadamente no existe en otros continentes", explica María Fernanda González, cofundadora y consejera delegada de PlanetAI. 

Doctora en física cuántica y experta en la creación de soluciones algorítmicas, González se ha apoyado en Santiago Vargas, doctor en astrofísica, y Mercurio Ceballos, experto en manejo integrado del medio ambiente, e Iván Vilar, experto en modelos económicos para la naturaleza e innovación, para lanzar la start-up que ya trabaja para una multinacional canadiense que se ocupa de los pozos que tuvo en Latinoamérica y para Enagás en España para cumplir con sus objetivos de descarbonización. Con el gestor de infraestructuras español "queremos abrir un camino de partenariado porque es muy importante para nosotros ir de la mano de las compañías, sean productoras o distribuidoras". 

Actualmente, la lucha contra las emisiones de metano es un tema prioritario. Desde 2021, la ONU dispone de un Observatorio Internacional de Emisiones que recopila datos sobre las emisiones de metano, un gas 80 veces más potente que el dióxido de carbono, con un proyecto de más de 100 millones de euros de inversión. Inicialmente, se centrará en las emisiones que produce el sector de los combustibles fósiles, creando un registro público mundial "para sacarle los colores a la industria", y luego se expandirá a otras áreas importantes como la agrícola y la dedicada a los residuos. La responsable de PlanetAI comenta que de conseguir el cierre un millar de pozos al día hasta 2030, "se reduciría un 30% las emisiones globales de metano". Llegar a este objetivo con el software de PlanetAI, "ahorraría mucho tiempo, por la agilidad de la tecnología que, comparada con los sensores terrestres tradicionales, tardaría 82.000 años en conseguir el mismo hito. En Estados Unidos, la Ley de Infraestructuras Bipartidista del presidente Biden destina 4.700 millones de dólares para el cierre de varios millones de pozos abandonados, también conocidos como pozos huérfanos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de los Estados Unidos calcula que el cierre de un pozo tiene un coste aproximado de unos 76.000 dólares.

La tecnología que ha desarrollado PlanetAI recopila las imágenes satelitales de más de 27 constelaciones y usa el Big Data y machine learning para la generación de los algoritmos necesarios. Por ello, la compañía, con sede en Barcelona, tiene un equipo de ocho personas en la capital catalana y otras 12 alrededor del mundo. Su equipo multidisciplinar está compuesto por ingenieros científicos y doctores especializados en diversos campos como la física cuántica, la astrofísica solar, el medio ambiente, la economía y la sostenibilidad. En 2024, PlanetAI abrirá una ronda de financiación de 2,5 millones de euros que se invertirán en mejorar la automatización de los procesos. "Lo óptimo sería que pudiéramos dar entrada en el capital a un venture capital internacional con experiencia y profesionalidad en el sector", comenta González que, con sus socios, está interesada en cerrar un acuerdo con una petrolera local de Kazajistán "porque es una de las áreas con mayor número de pozos" y una zona con potencial crecimiento para PlanetAI. De momento, dentro de pocos días, presentarán su tecnología en la Feria de la Energía de EgiptoEGYPES 2024, "una gran oportunidad".

Con una tarifa cercana a los 5.700 euros al mes por cada pozo monitorizado, esta start-up prevé ingresar 250.000 euros en 2024 y alcanzar los 100 millones en 2029. Un objetivo para el cual "es indispensable tener la plataforma absolutamente automatizada para que sean las empresas las que unilateralmente puedan detectar y calcular sus contaminantes". No basta con controlar el metano, "nuestro propósito es la tecnología de medioambiente para la cuantificación de la contaminación del Planeta, que incluye también la detección de los contaminantes de CO₂ y de material particulado que se ha demostrado que es dañino para la salud de los humanos -véase las emisiones de los hornos de leña y de ciertas actividades industriales como la producción de cemento o de cerámicas-, todos los gases de efecto invernadero y todos los usos de coque". 

La inversión en el proyecto supera el medio millón de euros, con unos recursos iniciales de 25.000 euros y una línea de financiación del CDTI por otros 325.000 euros. Además, al tratarse de un desarrollo tecnológicamente muy avanzado, "hemos contado con el reconocimiento de diversos premios, entre ellos, el de mejor iniciativa emprendedora de 2023 que otorga la Fundació Caixa d'Enginyers, con una dotación de 15.000 euros. 

En línea con su política de impacto en la sociedad, PlanetAI ha constituido una reducida actividad de formación para particulares y directivos interesados en el conocimiento de las nuevas tecnologías para cuantificar el impacto medioambiental de sus actividades y la PlanetAI Space Foundation para contribuir a la erradicación de los lugares que están siendo gravemente afectados por el daño ambiental causado por la actividad industrial, alrededor del mundo, en las que viven millones de personas con graves consecuencias para su salud.