"Juno House tiene muchos primeros: primeros días, primeros proyectos, primeras ideas, primeras mujeres y primer año". Natalie Batlle, Liana Knight Grieg y Eva Vila Massanas, emprendedoras e inconformistas natas, hacen balance 365 días después de la inauguración de Juno, el primer club social dirigido por y para mujeres. Situado en el edificio La Farinera d'Aribau, el espacio cuenta con 1.400 metros cuadrados de superficie y salió a la luz con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de las mujeres. La idea surgió en 2019 en Estados Unidos y las emprendedoras quisieron trasladar el concepto a la capital catalana. 

"Esto empezó con un PowerPoint, más tarde logramos el capital y ahora es un sitio vivo. Hasta entonces no existía nada parecido en Barcelona, somos pioneras en esto y nos enorgullece haber creado algo así", comentan las fundadoras del proyecto en ON ECONOMIA. "La innovación aquí es constante, empezamos de cero, hemos tenido muchas sorpresas, y a la vez muchos retos", indican. Juno House se encuentra ahora en un momento de "consolidación" y la idea es que crezca y se expanda. 

Pódcast, tienda y diversificación de la marca

Hace un año el club con 350 socias y una lista de espera con decenas de mujeres. Un año más tarde, Juno House a más que duplicado las socias y está apostando por la diversificación. "365 días más tarde creemos que nos toca crecer, lanzar nuevos proyectos e iniciativas e ir más allá de lo físico", apunta Batlle a este medio. La emprendedora asegura que están a punto de poner en marcha nuevas líneas de negocio como un pódcast o una tienda Juno. "En Juno hemos sabido crear una marca, hemos creado un valor y ahora queremos crecer, segmentar el espacio" y Grieg añade que tienen apetito de lanzar pódcasts con noticias de geopolítica, tendencias, lifestyle y emprendimiento, entre otros aspectos. Paralelamente, las directivas creen que una tienda también encajaría en esta diversificación. "Ahora tenemos un rincón con productos y artículos de nuestras socias, ya que contamos con gente muy creativa aquí y hay otras marcas que nos han escrito para colaborar, cosa que nos ha sorprendido positivamente", confiesa Vila. 

"Queremos ir poco a poco, hemos superado las expectativas que teníamos y queremos escuchar a las socias, saber lo que necesitan y priorizar lo más importante". El target del club es "muy variado", según explican las fundadoras, y aclaran que "la mitad son de aquí y el resto vienen de otros países; tenemos muchas socias extranjeras". En este sentido, argumentan que son mujeres "ambiciosas y movidas" y varias de ellas apuntan que Juno les ha cambiado la vida. "Desde que están aquí se sienten mejor, han creado una rutina que antes no tenían, priorizan el ejercicio, el estar solas, el cuidarse y esto también nos da mucha satisfacción". 

¿Más allá del incremento de socias y la diversificación, el balance es positivo? "Desde el principio tuvimos claro que Juno sería un espacio donde las socias se pudieran aportar entre ellas y nos ha sorprendido el ritmo al que eso ha ocurrido". Batlle, Grieg y Vila señalan que se han generado decenas de grupos entre las mujeres apuntadas y que el más grande está formado por más de un centenar de personas. "Hay días que contamos con charlas, catas de vinos, de quesos, sesiones de yoga y talleres y el edificio está completo. Es un proyecto que estamos escribiendo todas juntas y es algo muy bonito", matizan. "Han aparecido colaboraciones profesionales, abogadas que se han juntado con diseñadoras, ingenieras que han conectado muy bien y profesionales de la comunicación que se han conocido en Juno; la gente ha creado lazos de amistad". 

Liana Knight Grieg , Natalie Batlle y Eva Vila Massanas, fundadoras de Juno House
Liana Knight Grieg, Natalie Batlle y Eva Vila Massanas, fundadoras de Juno House

Club social 

¿Alguna crítica después de un año o algo a matizar? "Hemos tenido sorpresas, algunas de positivas y otras de no tan buenas", recuerda Vila. "Mientras montábamos el proyecto pensábamos que funcionarían más unas cosas y luego hemos visto que no ha sido así", añade Batlle. Como ejemplo, las empresarias aseguran que la guardería (ubicada en la primera planta) sería una de las cosas que más atraería a las madres jóvenes y después de 365 días han visto que no ha sido así. "Vienen muchas madres jóvenes a trabajar y nos dejan a sus hijos, pero también les gusta venir y estar solas".

Contra todo pronóstico, han visto que ha funcionado muy bien el buzón de sugerencias de las socias para crear agendas y grupos. "En Juno se han creado multitud de grupos y esto no sabíamos que llegaría a pasar. Las socias se han juntado, se han reunido y han ido evolucionando sus proyectos y propuestas". En esta línea, hacen hincapié en que van a fortalecer este buzón para que las socias puedan seguir creando sinergias entre ellas. 

Expansión de Juno House

¿No os planteáis repicar el modelo en otras ciudades? "Objetivos tenemos muchos y ahora queremos ir a por la diversificación. Este proyecto tiene muchos caminos más allá de abrir en Madrid o Milán", confiesan las tres emprendedoras, quienes añaden que muchas de las Juno woman viajan por negocios y les están pidiendo el mismo formato en otras ciudades. "Las estamos escuchando, lo importante es mirar donde queremos ir y valorar cada sitio". 

Sobre cómo definirían Juno un año más tarde, Liana Knight Grieg, Natalie Batlle y Eva Vila Massanas declaran que en 2022 lo describían como un "refugio urbano" y que ahora lo ven como un "microclima, que cuando cruzan las puertas realmente notan una diferencia al entrar". "Juno en un año se ha convertido en una explosión de creatividad, en un ecosistema fuerte de mujeres y ahora toca consolidarlo. Vamos a seguir creando diferentes series de charlas, speakers, emprendimiento, líneas de educación y contenido segmentado para complacer a las socias, esto es lo primordial", acaban. 

Juno House Club - Sergi Alcàzar
Juno House Club - Sergi Alcàzar

2 millones de euros de inversión

Juno House nació en 2022 en Barcelona con una inversión de dos millones de euros para convertirse en el primer club social concebido por y para la mujer actual. Ubicado en el edificio La Farinera d’Aribau, cuenta con más de 1.400 metros cuadrados distribuidos en dos espacios que quiere dar respuesta a las necesidades de las mujeres, ofreciendo servicios profesionales, de bienestar y family friendly. El recinto cuenta con salas de coworking, cafetería, biblioteca, guardería, zonas beauty y un espacio en la parte de arriba para practicar yoga y pilates, entre otros, y el coste es de 150 al mes, aproximadamente. El horario de Juno House es de lunes a viernes de 8:30 a 20:00, salvo la sala de cóctel que abre de 18:00 a 22:00.