Las start-ups españolas pisan el acelerador. El 70% de las empresas emergentes del país prevén hacer contrataciones en los próximos meses, lo que demuestra el optimismo del sector sobre su crecimiento, según el Mapa del Emprendimiento, presentado por South Summit e IE University. El informe apunta que las start-ups españolas cuentan con una media de alrededor de tres años de vida y un 60% de ellas ya genera ingresos, lo que supone un crecimiento de 11 puntos respecto al informe anterior. Asimismo, el 18% cuenta con un beneficio bruto de explotación (Ebitda) positivo, lo que representa un crecimiento de cinco puntos respecto en la edición de 2021 y la vuelta a las cifras que mostraban las start-ups españolas antes de la pandemia. El director de Innovación de IE University, Salvador Aragón, destaca que el informe muestra la madurez del ecosistema, ya que la mitad de estas empresas ya se financian con recursos propios y no recurriendo a su entorno. El documento también pone de manifiesto la importancia de los emprendedores en serie para el ecosistema, puesto que representan el 62% del total que hay en el país.

Por otro lado, el emprendimiento femenino se mantiene estancado en el 20%, lo que refleja un problema que ecosistema no está siendo capaz de solucionar, según Aragón, que añade que, además, el 39% de las mujeres abandona los equipos fundadores antes que sus compañeros hombres. Según el Mapa del Emprendimiento, los sectores que predominan en el ecosistema español son fintech, educación y healthcare, si bien los servicios de productividad y los medios de comunicación han entrado en el top 10 de sectores con mayor presencia. Así, uno de los puntos sobre los que ha advertido Aragón es la posición rezagada de España respecto al resto de Europa y otras regiones en materia de inteligencia artificial, ya que es una tecnología utilizada por el 16,8%. Por otro lado, la fiscalidad y la financiación siguen siendo los dos principales aspectos de mejora por el sector, al ser citado por un 27% y un 26% de las start-ups participantes en el mapa. Asimismo, lo que más buscan estas empresas es financiación y visibilidad (19%) y acuerdos estratégicos (18%).

Perfil de start-ups

En cuanto a su actividad, el principal cliente de las start-ups españolas son otras empresas (42%) y suelen estar centradas en software (53%) con un modelo de suscripción (35%). El informe también cuenta con dos nuevos focos: el solopreneur o autónomo 3.0, como lo ha definido Aragón, que engloba a empresarios que emprenden en solitario y que llegan al 6% del total. Aragón ha destacado que este emprendedor presenta mayor dispersión geográfica que el resto, con presencia elevada, ya que, aunque el 71% está concentrado en Madrid y Cataluña, hay también un 12% en Andalucía y núcleos en ciudades de menor tamaño como A Coruña, Gijón, Soria, Almansa y Getxo. El segundo nuevo foco son las start-ups orientadas a mejorar la vida con personas con discapacidad. Estas compañías están centradas en el impacto social, la accesibilidad y educación con una vida media de cinco años. Más de la mitad de estas empresas están presentes en cuatro mercados o más y un 42% afirma tener una patente. Asimismo, el 53% de estas compañías están formadas por equipos mixtos, un porcentaje por encima de la media general.

Ecosistema en Catalunya

En el caso de las start-ups tecnológicas de Cataluña que han recibido financiamiento por parte de ACCIÓ (Agencia para la Competitividad de la Empresa), han logrado crear 500 puestos de trabajo y movilizar más de 33,5 millones de euros de inversión privada y 39,5 millones de organismos públicos, especialmente fondos europeos, en cuatro años. Desde que se puso en marcha la línea de ayudas Startup Capital de ACCIÓ el año 2017, más de 85 empresas emergentes han logrado subvenciones de hasta 75.000 euros para impulsar su crecimiento. El presupuesto total del programa, que hasta ahora ha contado con cuatro convocatorias, ha sido de 8,4 millones de euros.

El objetivo es ayudar a las start-ups en sus inicios, cubriendo el riesgo de sus primeros meses de vida hasta salir al mercado. "Desde el sector público debemos apoyar a las start-ups, especialmente las deeptech", apunta el director general de Innovación del Departamento de Empresa, Lluis Juncà. En este sentido, el directivo señala que "se debe contribuir públicamente a ayudar a estas empresas emergentes a sobrevivir, crecer y levantar rondas de financiamiento de inversores privados". "Este tipo de compañías necesitan un volumen de inversión relevante para poder desarrollar su tecnología para después poderla llevar al mercado; por este motivo es clave garantizar el crecimiento y validar su tecnología", acaba Juncà.