El Port de Barcelona ha sacado a licitación la construcción de la subestación eléctrica que se convertirá en el nodo principal de la red para electrificar sus tenazas y que, junto con la obra de conexión del muelle de la Energía con el muelle Adosado, son el epicentro del mega proyecto de descarbonización que la autoridad portuaria tiene en marcha. Con el plan Nexigen, el puerto se ha marcado el objetivo de reducir en un 50% las emisiones de CO₂ de la operativa portuaria en el 2030 y ser un puerto neutro en carbono antes del 2050, por medio de la transición energética, el impulso de combustibles más netos y la electrificación de tenazas. La inversión: 130 millones de euros, después de algunas revisiones al alza a causa del incremento generalizado de los costes de construcción y otros.

La construcción de la subestación eléctrica ha salido a concurso público con un presupuesto de 14 millones de euros, por la obra que se edificará en una parcela propiedad del puerto y que tendrá que estar terminada en el 2025. La infraestructura energética estará conectada con la futura Subestación Cerdà de Red Eléctrica de España (REE), actualmente en construcción, mediante una línea de alta tensión soterrada (220 kW). La nueva subestación que este martes sale a licitación es necesaria para construir la red de media tensión que suministrará electricidad a las tenazas del Port de Barcelona y que permitirá que los barcos que atraquen puedan parar sus motores auxiliares y funcionar con energía neta con certificación de origen 100% renovable, reduciendo sus emisiones.

El gran reto que se plantea el Port de Barcelona es que todos los proyectos avancen coordinadamente para empezar a proporcionar electricidad a cruceros, portacontenedores y ferris de forma regular en el 2026. La electrificación de las diferentes tenazas será un proceso altamente complejo que, entre otras infraestructuras, requerirá el abastecimiento de energía desde una subestación eléctrica mediante una línea de alta tensión de 220 kV, la instalación de 240 kilómetros de cable subterráneo y la construcción de 20,5 kilómetros de canalizaciones desde la subestación hasta las tenazas.

La entidad que preside Lluís Salvadó calcula que cuando tenga electrificados todos los puntos de atraque de los cruceros, el muelle Prat y las terminales de ferris de la dársena de Sant Bertran y el muelle de Costa, se eliminarán 66.000 toneladas de CO₂ y 1.234 toneladas de NOx de las emisiones de la actividad portuaria. Eso representa reducir el 38% del NOx y del CO₂ emitido por los barcos durante su estancia en muelle y eliminar el 22% de las emisiones de NOx y CO₂ de toda la actividad portuaria.

En paralelo, el pasado mes de junio, el puerto abrió la licitación del otro eje vertebrador del proyecto Nexigen: la conexión entre las tenazas de la Energía y Adosado, con un presupuesto de 15 millones de euros y un plazo de ejecución de 28 meses. Se trata de una obra compleja que desplegará siete conducciones soterradas que cruzarán el canal de navegación, de 700 metros de longitud, y pasarán a una profundidad de 32 metros bajo el nivel del mar. Con el fin de ejecutar la obra, también se está llevando a cabo la ampliación del muelle Adosado, con una inversión adicional de siete millones de euros. Esta obra dejará el muelle preparado por la construcción de la terminal de MSC y la futura terminal de RO-Pax.

La terminal que gestionará MSC Cruceros dispondrá de una estación marítima, con una superficie de 11.670 metros cuadrados, distribuidos en tres niveles, y supondrá una inversión de 33 millones de euros por parte de la compañía marítima. En concreto, la concesión contará con un plazo de 31 años y se prevé que las nuevas instalaciones entren en servicio en el 2024.