Los países de la UE han acordado este lunes que se retrase de 2025 a 2027 la entrada en vigor de la normativa Euro 7 para rebajar las emisiones contaminantes de los coches y hasta 2029 las exigencias para los camiones, y esperan ahora al Parlamento Europeo fije su postura para iniciar la negociación final, informa la agencia EFE. Los límites máximos de emisiones en la Euro 7 para las emisiones de automóviles ligeros serán los mismos que en Euro 6, mientras que se aumenta en los vehículos pesados. 

El enfoque común aprobado por mayoría cualificada en un consejo de ministros europeos de Competividad celebrado hoy en Bruselas introduce, además, nuevos límites de partículas para frenos y neumáticos en la evolución de una normativa comunitaria estrenada en 1992 para mitigar las emisiones de CO₂ de los vehículos y la liberación de partículas contaminantes.

Ese aspecto seguirá estando presente en futuras actualizaciones de la normativa más allá de 2035, fecha a partir de la cual solo se podrán comercializar en la UE vehículos nuevos de cero emisiones.

La propuesta inicial presentada por la Comisión Europea contaba con la oposición frontal de un bloque de ocho países (Francia, Italia, República Checa, Bulgaria, Hungría, Polonia, Rumanía y Eslovaquia). Su argumento, en línea con la Asociación de Fabricantes Automovilísticos Europeos (ACEA), es que esas nuevas medidas añaden costes y trabas a la industria para un lapso de tiempo muy breve hasta que se pase a vehículos de cero emisiones.

Según la presidencia española, cuya postura defendió el ministro de Industria, Comercio y Turismo de España en funciones, Héctor Gómez, el texto acordado goza de un "compromiso cuidadosamente equilibrado" entre protección del medioambiente y la salud y competitividad industrial.

Una "transición gradual"

El texto de compromiso fue apoyado, entre otros, por países como Chequia, que considera que "la transición tiene que ser gradual"; Polonia, que entiende que es "equilibrada y más realista" que la propuesta de la Comisión, o Eslovenia, que abogó por dar "pequeños pasitos hacia adelante para poder llegar al destino final".

También Francia secundó el acuerdo, valorando "sobre todo los nuevos umbrales de emisiones para neumáticos y frenos", y Alemania reivindicó que en el futuro se haga hueco en la legislación a los vehículos que usen combustibles sintéticos climáticamente neutros, la gran apuesta de Berlín para salvar el motor de combustión. Italia, por su parte, pidió espacio para los biocombustibles.

En líneas generales, el enfoque pactado por las capitales mantiene las condiciones de prueba y los límites de emisión existentes establecidos en la norma Euro 6, además de retrasar su aplicación e incluir baremos para frenos y neumáticos.

En el polo opuesto se situaron Estados miembro como Dinamarca, que recordó que "el tráfico contribuye significativamente a la contaminación del aire, lo que entraña 300.000 muertes prematuras al año", o Luxemburgo, que lamentó que "la propuesta inicial, ambiciosa, se ha ido diluyendo y diluyendo".

Tampoco les gusta el compromiso aguado a las plataformas ecologistas como el centro de pensamiento Transporte y Medioambiente, que considera que la rebaja en la ambición "mata" la norma "Euro 7" y constituye "un desastre para la contaminación de las ciudades europeas".

La patronal lo celebra

La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) celebró este lunes el enfoque común entre los países de la Unión Europea sobre la legislación Euro 7, que retrasa los plazos propuestos por la Comisión Europea para la aplicación de esa norma para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos.

"La posición de los Estados miembros es una mejora con respecto a la propuesta Euro 7 de la Comisión Europea, que era completamente desproporcionada, generando altos costos para la industria y los clientes, con beneficios ambientales limitados", declaró en un comunicado la directora general de ACEA, Sigrid de Vries.

Esa asociación empresarial, no obstante, señaló que el ajuste pactado por los países, que aún tendrán que negociar la versión definitiva con el Parlamento Europeo, es "mucho más amplio para los nuevos automóviles, furgonetas y, en particular, vehículos pesados, requiriendo esfuerzos significativos de ingeniería y pruebas".

"Como tal, requerirá enormes inversiones adicionales de nuestra industria en un momento en que está volcando todos sus recursos en la descarbonización", lamentó la directora general de ACEA.

Entre otros puntos, los Estados miembros abogan por otorgar a los constructores 24 meses para adaptarse a la nueva normativa respecto a la fecha de 2025 propuesta por la Comisión Europea, que por primera vez incluye límites a las partículas que desprenden los frenos y los neumáticos y, además, asimilan los nuevos baremos de emisiones a los de la vigente "Euro 6".