La apuesta europea por el Gas Natural Licuado (GNL) se justificó en su día para reducir la dependencia del gas ruso como castigo por la invasión de Ucrania. En España, sin embargo, el mayor incremento de importaciones de GNL procede justamente de Rusia, a quien compra el doble que hace un par de años. En plena ofensiva de Putin en Ucrania, España es el país de Europa que más GNL compra a Rusia: se gastó en 2023 2.300 millones de euros en importar 6,68 millones de metros cúbicos de gas ruso.  

Según el recuento de consumo e importaciones de GNL publicado este miércoles por el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero (IEEFA), España, Bélgica y Francia suman el 80% de las importaciones europeas de GNL del año 2023. Aunque las importaciones de gas natural en total a Europa se han diversificado y la demanda de gas ha caído, las de GNL (su opción líquida) han crecido un 11% en dos años, y aun con más fuerza en España, donde se han duplicado, y en Bélgica, donde se han triplicado. 

El gas natural licuado es el gas natural que, a una temperatura de -160 grados, pasa a su fase líquida. Aunque las empresas han defendido su uso porque emite menos carbono que las energías procedentes de los combustibles fósiles, no se trata de una energía verde y sostenible. "Puede ser más limpio que otras energías, pero no es verde, y en su forma licuada contamina más porque hay escapes que contaminan y también lo hace su transporte en barco", apunta Ana Maria Jaller-Makarewicz, analista líder de IEEFA en Europa. El gas natural tiene dos formas de ser transportado: en gasoductos y, en su forma líquida, en barcos. 

El licuado tiene una ventaja para las empresas y es que "es una commodity, un valor de mercado que se puede revender y, de hecho, se revende", apunta Jaller-Makarewicz. Por ello, España no solo es importador sino también exportador de GNL, al igual que el resto de países que tienen plantas de GNL y están apostando por él. De hecho, las plantas de GNL de España en Bilbao y Mugardos (Galicia) están entre las seis que más GNL han recibido entre 2021 y 2023, junto a la belga de Zeebrugge, la de Dunkerque y Montoir-De Bretagne en Francia y la de Gate, en Holanda. 

El aumento de importación de GNL en España y en otros países coincide con una caída de demanda de gas, que ha sido suplido en gran parte por energías renovables, sobre todo en el mix eléctrico. En España, en 2023, el gas natural pasó de suponer un 19% del consumo energético total a un 15,6%, un descenso de tres puntos pese al gran aumento de GNL ruso. Naturgy es el principal importador de gas ruso por contratos firmados en 2018 que expiran en 2038. 

El motivo, entre otros, es que con el GNL ruso España compensó parte de la caída de importaciones vía gasoducto procedentes de Argelia, después de las tensiones diplomáticas con el país africano después de que el Gobierno de Pedro Sánchez reconociera el Sáhara Occidental como territorio marroquí, que Argelia considera fuerzas de ocupación. 

España importó en 2023 72.690 GWh de GNL procedente de Rusia sobre un total de 277.359 GNL importado de diferentes países del mundo (un 26% del total), por los 56.021 sobre un total de 319.078 que importó en 2022 y los 36.197 de 226.571 que importó en 2021. O sea, que ha duplicado su importación de GNL ruso coincidiendo con la invasión rusa en Ucrania, que empezó en febrero de 2022, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). 

En febrero del año pasado, la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, apuntó a que no hay contra esta tendencia al alza "una herramienta" para prohibir importaciones, aunque pidió a los importadores que diversificaran los orígenes. 

Retroceso de Estados Unidos y Argelia

El único país del que España ha importado más GNL que de Rusia es Estados Unidos. Sin embargo, su importación desde la potencia norteamericana ha caído de los 128.841 GWh de 2022 a 81.858 GWh en 2023.

En estos dos años, también ha caído la importación de gas natural argelino, aunque este llega mayoritariamente por gasoducto y no licuado. Así, en 2021 España importaba 177.990 GWh de Argelia, por 105.430 en 2022 y un nuevo repunte en 2023 hasta los 116.252.

El informe de la IEEFA celebra que "el consumo de gas en 2023 ha caído a su nivel más bajo en 10 años gracias a las medidas de eficiencia energética y desarrollo renovable de los países". Pero destaca cómo Alemania, Italia y Reino Unido han liderado esta caída, a diferencia del papel de España. 

La apuesta de GNL de España no solo preocupa por su aportación a la economía rusa y por la sostenibilidad, sino también porque es desproporcionada. Revende gran parte del GNL que importa, a modo commodity, y en octubre de 2022 llegó a tener atasco de barcos con GNL, incapaz de gestionar toda la llegada. "La infraestructura desproporcionada de España en GNL puede volverse en breve una desventaja, ya que la demanda europea de GNL debe alcanzar su tope en 2025. La tasa de utilización de las terminales de GNL fue del 35% en 2023", comenta la IEEFA.

Destacan que, además de ser el mayor importador de gas licuado ruso con un incremento del 34% en 2023, España es el segundo mayor importador de GNL en total. "Con siete terminales operativas, España tiene más capacidad de importar GNL que cualquier otro país de Europa", añade el think tank energético estadounidense. España cuenta con el 22% de la capacidad europea de GNL. A Rusia, le pagó 2.300 millones el año pasado y 4.100 en 2022 por su GNL.