Volvió la política a intentar ser un reclamo para el inversor en España, tras las elecciones municipales y autonómicas del domingo y con un lunes de convocatoria electoral que nos llevará a votar en el estío del próximo 23 de julio. Pero no lo acabó de conseguir, y tanto el mercado de acciones como la prima de riesgo fueron a lo suyo sin desmarcarse de lo ocurrido en otras plazas europeas.

En una tanda de menos a más, el mundo de la inversión se congratulaba del buen dato de inflación europeo situado ya de media en el 6,1% con una rebaja de nueva décimas sobre su anterior referencia. También se quitaba la preocupación del techo de gasto (mejor conocido como techo de deuda) en Estados Unidos y el Tesoro de este país podrá seguir gastando sin entrar en el colapso: demócratas y republicanos llegaban a un acuerdo. Por último, la tasa de desempleo de Estados Unidos subió tres décimas al 3,7%, aparentemente algo positivo para que el banco central estadounidense no suba tipos porque la economía ya se está desacelerando, tiene muchos matices. El detalle de la buena evolución del empleo no agrícola apunta a que el mercado laboral continua muy firme y la receta de tipos altos aún no le afecta.

La semana que hoy comienza no trae guías interesantes para el dinero y, por eso, los analistas se la brincan para hablar de la siguiente cuando el Banco Central Europeo (BCE) y la Fed volverán a decidir sobre los tipos de interés. Primero lo hará el día 14 la entidad presidida por Jerome Powel y al día siguiente será Christine Lagarde la que dé explicaciones a los europeos. Los pronósticos apuntan a descanso de los tipos en Estados Unidos que mantendrá el precio del dinero en el 5,25%, mientras cabría esperar un repunte en la Eurozona de un cuarto de punto que situaría el precio del dinero en el 4%. Pero de esto ya se hablará largo y tendido en la próxima agenda.

Los mercados viven en una confusión sobre el devenir de la economía y los efectos de la subida de los tipos desde niveles cercanos a cero. Y esto se aprecia de forma clara en la contradicción que vivimos: curva muy invertida de los tipos de interés (las letras a un año en Estados Unidos superan el 5% y el bono a 10 años ronda el 3,6%) que es un indicativo infalible de una pronta recesión. Por otro lado, los consensos de mercado sobre los beneficios empresariales para el término de este año son positivos, después de un primer trimestre que sorprendió al alza. El mercado de bonos grita recesión, y en las Bolsas hay confianza de que las cosas no irán mal porque el entorno económico permitirá que las empresas sigan ganando dinero.

Como decíamos antes, los datos esperados para esta semana son poco relevantes: exportación, PMI del sector servicios, inflación en China, reuniones de los bancos centrales de Australia, Canadá, India… incapaces de marcar un rumbo al inversor. Lo más relevante es la reunión de los productores de petróleo (OPEP) que se prolongará hasta el martes y las previsiones sobre crecimiento económico de la OCDE.

La incidencia de la reunión de la OPEP es mayor, aunque las cartas ya están repartidas y, salvo sorpresas, se espera recorte de producción con Arabia Saudí intentando que el crudo no baje de los 80 dólares (con independencia de si las economías desarrolladas entran o no en recesión) y una Rusia que está en medio de una guerra, necesita recursos y siempre termina de una forma u otra inundando el mercado de su petróleo. Ya veremos lo que deciden y las exigencias de cumplimiento. Esta misma semana el petróleo ha estado muy volátil, llegando a los 71 dólares por barril para terminar con un generoso repunte hasta los 76,40 con los que cerraba el viernes.

Volviendo a temas más domésticos, el Tesoro español realizará subasta de letras a 6 y 12 meses y el gigante textil Inditex presentará resultados el próximo miércoles. El mismo día que en Estados Unidos publican cuentas Campbell Soup y Brown-Forman, y en Europa SOITEC y Voestalpine.