Naturgy, Celsa y los retos de Reynés en Criteria

- Xavier Alegret
- Barcelona. Lunes, 2 de junio de 2025. 05:30
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La nueva vida de Francisco Reynés, con el doble sombrero, el de Naturgy y el de Criteria, le ha traído nuevos retos. El nuevo vicepresidente del holding de participadas de la Fundación Bancaria La Caixa ha heredado tareas, algunas de las cuales vienen de lejos y le afectan directamente, que se suman a las que ya tiene como presidente ejecutivo de una energética en el momento que vive el sector, en pleno camino sin retorno hacia la descarbonización, pero con el debate nuclear abierto en canal.
Se espera que Criteria rebaje el ritmo de inversiones del último año y medio, en el que ha destinado casi 5.000 millones de euros a crecer en Telefónica, ACS, Colonial, Puig y Veolia. Estos movimientos maximizarán los dividendos del holding, principal objetivo de sus apuestas, que buscan incrementar la caja que puede destinarse a la obra social de la fundación.
Con las grandes compras ya hechas, el principal reto de Reynés es resolver dos cuestiones. Una que se arrastra desde hace años y que ya intentó solucionar, la composición accionarial de Naturgy; y otra generada hace unos meses y que aún está por decidir, la entrada en Celsa, que es muy poco probable.
La inversión en Celsa fue una apuesta personal de Simón y lo que ocurrió después es historia
Celsa tiene una solución más fácil que Naturgy, ya que a nadie le extrañaría que Criteria lo dejara estar y finalmente no invirtiera, ya que es la opción sin riesgo. La inversión en la siderúrgica fue una apuesta personal de Simón y lo que ocurrió después es historia. El 2 de abril, el holding anunció un acuerdo para entrar como socio financiero en Celsa, con el 20%, por unos 400 millones de euros. El 16 de abril, Criteria envió una “aclaración” en la que decía que la operación estaba “aún en fase de estudio”.
Lo que ocurrió en esas dos semanas puede explicar la caída de Simón. El consejo del holding frenó la inversión y reprochó al directivo lo que parecía un favor al gobierno de Pedro Sánchez, que quería resolver la situación en Celsa con socios locales. Y no era el primero, tras apoyar el cese de José María Álvarez-Pallete, directivo muy valorado por Fainé, como presidente de Telefónica. El 29 de abril, Criteria anunció el nombramiento de Reynés como vicepresidente ejecutivo y la salida de Simón.
Reynés y su nuevo equipo en la dirección general de Criteria deberían tenerlo muy claro para reactivar la operación Celsa
Con esta secuencia de hechos, es fácil imaginar que Reynés, y su nuevo equipo en la dirección general de Criteria, deben tenerlo muy claro para reactivar la operación. Lo sencillo es descartarla y buscar otras oportunidades, pero la están analizando. Lo primero que hizo el presidente de Naturgy al asumir la vicepresidencia ejecutiva de Criteria fue prescindir de algunos de los asesores contratados y dejar solo a KPMG y el despacho de abogados Uría analizando la operación.
La entrada en Celsa no es solo difícil por lo que ocurrió en el abril más movido en las torres negras de la Diagonal, sino también por cuestiones empresariales. La siderúrgica controlada por fondos de inversión y presidida por Rafael Villaseca, predecesor de Fainé en la presidencia de Gas Natural y presidente de la Fundació Naturgy, no encaja en lo que busca Criteria: empresas en crecimiento que repartan buenos dividendos, para impulsar precisamente ese crecimiento, como hicieron en Colonial y Puig. Pero no es su intención hacer de banco ni que su inversión sirva para enjugar deuda.
Celsa está lejos de ser target para el holding de La Caixa, que, además, tiene malas experiencias en el pasado con la compañía, ya que CaixaBank perdió mucho dinero con la crisis que vivió durante la pandemia. El banco acabó malvendiendo la deuda a los fondos que, después, la convirtieron en acciones y, con un juez de por medio, arrebataron la propiedad a la familia Rubiralta. Desde la entrada de los fondos, hace casi dos años, la empresa busca un socio industrial, y aunque se dijo que había opciones, no se ha materializado ninguna entrada. Criteria no es industrial, sino inversor, y lo más probable es que acabe descartando la operación.
Reynés intentó escindir Naturgy para dar salida a los fondos y no ha dejado de buscar soluciones en estos años
El caso de Naturgy es más complejo. Reynés es presidente de la energética desde 2018, cuando sustituyó a Isidre Fainé. El presidente de La Caixa y Criteria lo sacó de Abertis, que estaba a punto de venderse, y le encargó la gestión de una empresa, entonces aún Gas Natural, que tenía por delante el reto de reinventarse más allá del gas y en la que los fondos de inversión habían ganado peso y exigían otro ritmo de retornos. Tras la pandemia, dos de esos fondos, GIP y CVC, cumplieron su ciclo inversor y pidieron salir. Reynés intentó escindir Naturgy en dos cotizadas para facilitar su salida, pero el gobierno de Pedro Sánchez se lo impidió.
El problema de los fondos en el accionariado de Naturgy se estaba enquistando –el papel del australiano IFM, que quería continuar, pero iba por libre, no ayudaba– y Criteria se implicó y acordó la entrada de la saudí Taqa, pero se echó atrás en el último momento. Algunas voces señalan a las filtraciones de IFM como la causa. En los últimos meses, se había reactivado la opción Taqa, pero parece de nuevo descartada.
Se han explorado alternativas, y Ángel Simón se reunió con los máximos responsables de la portuguesa EDP, pero no hubo entendimiento. También se exploraron otras vías, que no fructificaron. El trabajo está aún por hacer, y le toca a Reynés, ahora con un doble papel. Ya lo había intentado en el pasado, con el plan Géminis, y no ha dejado de buscar soluciones en estos años, señalan fuentes cercanas al directivo balear.
Reynés no está solo en la batalla, importante para que el grupo La Caixa siga creciendo en línea con su plan estratégico
Tiene trabajo en Criteria, pero también en Naturgy. Por si el reto de la transición ecológica no fuera ya suficientemente importante para una energética que venía centrando su negocio en un combustible fósil como el gas, con muchas vías aún muy inexploradas, como el hidrógeno verde y los biogases, ahora se ha reabierto el debate sobre el cierre de las centrales nucleares. Reynés lo tiene claro: hay que hablarlo seriamente y es partidario de alargar la vida de Almaraz, la primera que debe cerrarse, según el calendario vigente, entre 2027 y 2028.
Con todos estos retos por delante, el vicepresidente de Criteria ha reforzado la dirección del holding, con el nombramiento de José María Méndez como director general –ya era adjunto al consejero delegado– y Adolfo Feijóo como director general adjunto. No está solo en la batalla, importante para que el grupo La Caixa siga creciendo en línea con su plan estratégico, maximizando influencia industrial y la aportación a la fundación.