Hemos pasado casi de puntillas por la noticia de que el regulador irlandés ha multado a Meta con 1.200 millones de euros por haber permitido que los servicios de seguridad de los Estados Unidos tengan acceso a los datos de usuarios europeos. Se trata de la sanción europea más elevada por infracción de privacidad. Los medios se hicieron eco pero no se generó ningún revuelo, quizás porque ya hemos normalizado estas prácticas, así como las multas y las comparecencias públicas de Zuckerberg para dar explicaciones y pedir perdón.

Esta sistemática violación de la privacidad de los usuarios no nos tendría que extrañar. Forma parte del ADN de la empresa y ha sido promovida por su fundador desde el primer momento. Si hacemos un poco de arqueología empresarial, recordaremos que el año 2003, cuando tenía 20 años, Zuckerberg pirateó los directorios de Harvard y recopiló fotografías de miles de chicas sin su consentimiento para crear Facemash.com, una página web que escogía aleatoriamente las fotografías de dos chicas y permitía al usuario votar a la más guapa. El sistema establecía un ranking de estudiantes según su belleza. El enlace a la página web se hizo viral en pocas horas, hasta que la indignación de algunos grupos de estudiantes aconsejó a Zuckerberg cerrar el acceso a la página web. Las autoridades de Harvard lo acusaron de uso no autorizado de imágenes y no lo expulsaron porque se disculpó y se comprometió a no volver a hacerlo. Aunque Zuckerberg siempre ha reconocido que esta página web era "en broma", se trata de un precedente que revela la noción de privacidad que siempre ha defendido y ha intentado aplicar a su empresa. FaceMash no solo fue la génesis del negocio de generar tráfico para vender anuncios sino que puso en duda la noción convencional de privacidad.

La expresión "los usuarios tienen un control total sobre su privacidad" es la misma cantinela de siempre de Facebook. Desde el inicio, Zuckerberg quiso que los usuarios de Facebook compartieran toda la información que quisieran pero al mismo tiempo tuvieran control sobre lo que colgaran. "Siempre puedes limitar quien puede ver tu información", decía. El paradigma era, es y seguramente será limitar la información a amigos y a amigos de amigos. No obstante, algunos expertos consideran que las políticas de privacidad de Facebook son confusas y cambiantes, y requieren dominar unas configuraciones tan complicadas que la información del usuario a menudo se vuelve pública por defecto. El resultado es que los usuarios acaban exponiendo más información de la que querrían, cosa que permite a la empresa ganar más dinero con los anunciantes.

Aparte de las políticas, el modus operandi de Facebook a menudo provoca las iras de sus usuarios. La plataforma ha lanzado algunas funcionalidades (News Feed, Beacon) sin añadir controles adicionales de privacidad, con el resultado de que información que el usuario había decidido compartir solo con amigos y con amigos de amigos acaba difundiéndose por toda la red, cosa que no hubiera pasado si antes del lanzamiento se hubieran añadido estos controles. Este episodio siempre han acabado de la misma manera, con la comparecencia de Zuckerberg disculpándose y anunciando nuevos controles de privacidad. Y es que como apuntan algunos expertos, Facebook está sesgada a favor de compartir.

El episodio más sonado ha sido el de Cambridge Analytica. Durante la campaña presidencial de 2016 esta empresa de consultoría política, vinculada a la campaña de Donald Trump, utilizó datos personales de 87 millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento para segmentar la audiencia y difundir mensaje personalizados. Zuckerberg tuvo que comparecer en el Congreso. Durante su intervención fue preguntado por FaceMash, y fue entonces que manifestó que era una página web "en broma" que creó en su dormitorio de Harvard.

Según Zuckerberg, la privacidad es una norma social en evolución, sometida a una especie de tensión entre subir información personal y controlar el acceso de los usuarios, entre ser una persona privada pero tener una identidad pública. Una vez Zuckerberg dijo: "Seguiremos basándonos en nuestra cultura de piratas informáticos para hacer el mundo más abierto y conectado". Y es que la noción de privacidad no solo es cambiante sino también ambigua y esquiva. Y hay una nueva privacidad que es la que ha hecho de Zuckerberg un multimillonario.