Y llegó el viernes, primer día de reflexión seria en las bolsas europeas y el Ibex 35 se dejó más del 1% empujado a la baja por Inditex y los valores ligados al turismo. En el caso de la textil, el anuncio de subida salarial entre un 20% y un 25% provocó el descenso: el mercado es así de cruel y se felicita de los despidos y se enoja con salarios más altos que supondrán la reducción de los beneficios. En cuanto a las turísticas, se trata de un recorte muy lógico después de subidas verticales que ahora se deben digerir. Para esta recogida de beneficios hay argumentos recurrentes: el endurecimiento de los discursos de los bancos centrales y, especialmente, el BCE, que en boca de De Guindos argumentaba que los mercados tenían poca sensibilidad a la situación de la inflación. Las tensiones en los precios, continúan.

Por otro lado, el conflicto bélico en Ucrania siempre está ahí para justificar rebaja de precios. El temor a la extensión de la guerra es una posibilidad después del decidido apoyo de Europa a Ucrania y las amenazas más o menos veladas de Putin. La geopolítica es otra de las bazas que el mercado irá siempre manejando. Si no es suficientemente grave y doloroso el enfrentamiento en Ucrania, las tensiones entre Estados Unidos y China prometen deparar elementos para la volatilidad.

Todo ha ido demasiado deprisa en enero. Y en gran parte responde a las posiciones bajistas que mantenían grandes inversores en su apuesta porque los mercados cayesen. Al no producirse la caída, sino todo lo contrario, se ven obligados a recomprar los títulos que pidieron prestados para vender con la esperanza de más caídas. La operativa de cortos está siendo un empuje añadido al mercado, junto a aquellos que pronosticaban un buen comportamiento de la bolsa en 2023, pero no entraron con la confianza que debían al comienzo del año.

La semana que ahora empieza tiene muy pocas referencias económicas de interés. En España, por ejemplo, el martes se confirmará el dato de IPC adelantado del mes de enero y el jueves veremos datos de la balanza comercial.

El dato sobre el que girará todo el mercado se conocerá el martes en Estados Unidos: la inflación que se espera baje al 6,2% en la general frente al 6,5% anterior, y la subyacente se quede en el 5,4% también tres décimas menos. Acercarnos a niveles del 5% gusta mucho a los analistas que consideran que se pueden neutralizar con tipos de intervención al 5%. Ahora el tipo de la FED está en el 4,75% por lo que no cabría esperar subidas de más calado. Si la inflación sigue así, con medio punto más sería suficiente para una política monetaria que resuelva el problema de los precios. Niveles que podrían mantenerse durante el año, y que anticipan bajada en el precio del dinero para 2024.

Los temores ante este optimismo son los datos de fortaleza estadounidense. Producción industrial, precios industriales y ventas al por menor se conocerán el jueves en Estados Unidos y todos los indicadores apuntarán a una mejoría en la economía que siempre inquieta a los inversores, por cuanto la FED quiera enfriar la economía con tipos más altos.

Así, tras un martes de alegría por la mejora de la inflación, vendrá luego el escrutinio de la fuerza económica de Estados Unidos. Sin duda, movimientos contradictorios que podrán llevar a los mercados a movimientos laterales. Ni todas las dudas están despejadas, como muchos han creído ver en este inicio del año (aunque vaya bien) ni la velocidad de mejoría de los mercados ha sido la más adecuada. Por tanto, pausa, cautela, consolidación de niveles son elementos positivos para los inversores.

Va a ser una semana tranquila, en general, para los datos de la zona euro. La segunda publicación de los datos del PIB del cuarto trimestre confirmará que se ha evitado el comienzo de una recesión, mientras el actual balance por cuenta corriente continuará beneficiándose del declive en los precios del gas natural, que hace que las importaciones de la energía resulten más baratas. Es posible que la producción industrial aumente moderadamente tras el fuerte descenso de octubre.