Sottovoce esta semana que dejamos se ha producido un fenómeno en el mercado de bonos que apunta a un mayor control de la situación monetaria por parte de Estados Unidos frente a la Eurozona. Los tipos de interés del bono a 10 años estadounidense están en el 3,4%, inferior al 4,04% de Italia y muy cerca del bono español que en igual plazo se mueve en el 3,23%. Tal vez un síntoma de que los periféricos europeos pueden ser sin faltar mucho tiempo un problema para la entidad presidida por Christine Lagarde, que decidió subir los tipos de interés en medio punto hasta el 3,5%.

Estados Unidos, al igual que ocurriera en la grave crisis financiera de 2007, sigue dando lecciones a la Eurozona en esto de manejar situaciones complicadas. Su mini crisis bancaria ya está en vías de solución con la liquidación del Silicon Valley Bank y con la inyección de 30.000 millones de 11 entidades financieras para rescatar al First Republic. Un control que ha permitido a sus índices bursátiles cerrar con suaves ganancias frente al desplome de los mercados europeos (bien es cierto que las plazas del Viejo Continente habían subido más en el año).

Con este tema bancario aparentemente resuelto y recogiendo antes los frutos de una política monetaria restrictiva que adelantó en el tiempo y en la intensidad al BCE, la autoridad monetaria estadounidense tiene más mano libre para decidir sobre los tipos. Los analistas esperan un alza de 0,25 puntos, pero también podría permitirse el lujo de mantenerlos igual y aplazar la subida a futuras citas.

En Europa el Crédit Suisse espera dejar atrás las turbulencias después de la venta pactada a UBS por 2.000 millones. Es cierto que no está en el ámbito de la Eurozona, pero sus intereses se cruzan con los de sistema bancario europeo. Lo ideal sería atajar cuanto antes el problema para que no siga contagiando al resto. El problema de fondo no es otro que el de muchos años de tipos cero y negativos en Europa con abundantes emisiones de bonos que están en la cartera de los bancos y que se han depreciado bruscamente con la subida de los tipos. Tal vez, alguna mente privilegiada pensó en un mundo infinito de tipos cero y sin riesgos.

Respecto a la agenda semanal, en EE.UU., además de la reunión de la Fed, se publicarán los datos de dos indicadores adelantados, el mercado de la vivienda y los pedidos de bienes de equipo. Las publicaciones de datos inmediatamente después de un shock del sistema financiero suelen tener menos impacto en el mercado. Pero es previsible que el inmobiliario siga teniendo dificultades debido a la presión de tipos más altos, mientras que la tendencia de la inversión en bienes de equipo en los últimos meses haya sido débil. Como los mercados probablemente se van a centrar en buscar más signos de debilidad cíclica, si el PMI (Índice de Gestores de Compras) presenta una tendencia a la baja, probablemente tendrá un gran impacto.

En la zona euro, esperamos que el balance por cuenta corriente actual refleje la repercusión de la bajada de los precios del gas en su recuperación hacia el superávit y que la confianza del consumidor continúe recuperándose por la misma razón. Tomando como base una encuesta a analistas financieros, el estudio del ZEW (Centro para la Investigación Económica Europea) puede ser uno de los primeros en mostrar el impacto de las quiebras de los bancos en EE.UU. mientras los PMIs previos ofrecen un indicador más importante de tendencia de recuperación en la zona euro a lo largo del primer trimestre.

En Reino Unido, la atención la acaparará la reunión del Banco de Inglaterra. Aunque Reino Unido no está directamente afectado por las quiebras en EE.UU., el Banco de Inglaterra ha sido uno de los bancos centrales menos comprometidos con seguir elevando los tipos, lo que significa que, si decide hacer una pausa en la política de endurecimiento, no supondría una gran sorpresa en este momento. 

Como indica Sean Shepley, economista senior de Allianz Global Investors, “esperamos que la postura de endurecimiento de la Fed se refleje en un entorno de mercado más difícil que lo que hemos visto en la primera parte del año. El endurecimiento de los bancos centrales probablemente se espere con mayor temor que en los últimos meses, por lo que a los inversores les convendría ser cautelosos con los activos de riesgo”, explica.

Y, por último, recordar que la semana que viene habrá más informes de resultados, como los de Nike y RWE el martes, así como los de Accenture y General Mills el jueves.