En junio del año pasado, Argelia suspendió el tratado de amistad con España como consecuencia del giro de la posición del Gobierno con respecto al Sahara Occidental. Desde entonces, las empresas industriales se han enfrentado a un desafío considerable a causa de la decisión del Gobierno de Argelia de suspender las operaciones financieras, afectando directamente a nuestras operaciones comerciales. Esta medida ha tenido un impacto significativo en las transacciones de pagos y cobros, generando obstáculos y dificultades para nuestras empresas.

Las exportaciones hacia el África (5,1% del total) disminuyeron un 2,6% interanual, según indica el último Informe Mensual de Comercio Exterior correspondiente a abril de 2023, principalmente a causa de las menores ventas en Argelia (contribución de -0,5 puntos a la tasa de variación anual). En definitiva, el comercio se suspendió de forma repentina hace ya más de un año y, durante todo este tiempo, nada ha cambiado.

Ante esta situación, España actuó desde un inicio con determinación al poner el tema en manos de la Unión Europea (UE), que tiene la competencia en este asunto. A través de los ministerios de Comercio y de Exteriores, se ha presionado la Comisión Europea para que Argelia reconsidere su posición. Al mismo tiempo, el Gobierno de Argelia ha recibido presiones internas para levantar estas sanciones, ya que también perjudican a numerosas empresas del propio país. Es importante subrayar que nuestros clientes argelinos también son víctimas de las decisiones adoptadas por su propio Gobierno. Son personas honestas y nuestras empresas mantienen una buena relación con ellos, dialogando y siguiendo de cerca como se desarrolla la situación.

Amec ha trabajado en estrecha colaboración con las autoridades españolas, mientras España ha estado buscando vías para estructurar compensaciones en las empresas afectadas a través de la Comisión Europea. No obstante, tenemos que ser realistas y reconocer que no se visualizan soluciones a corto plazo, ni siquiera por parte de la Unión Europea. En la práctica, no ha sido posible encontrar como estructurar las compensaciones anunciadas, ya que no existe un marco europeo viable a través del cual puedan ser canalizadas, motivo por el cual desde la CE no se han aceptado esta línea de ayudas.

Otros países, como Francia, han resuelto problemas similares de manera independiente. En nuestro caso, aunque había un principio de acuerdo entre el Gobierno de Argelia y España para desbloquear situaciones específicas de mercancías retenidas, con revisiones caso por caso, los procedimientos se llevan a cabo muy lentamente y el resultado está siendo de nula eficacia.

Algunas de nuestras empresas todavía tienen materiales bloqueados en los puertos de Argelia y están considerando abandonar estos envíos a causa de los altos costes de almacenaje en el destino. Además, hay pedidos detenidos en fábricas, especialmente de recambios, que son necesarios para las empresas argelinas. Algunas de estas empresas ya están buscando alternativas con proveedores italianos y franceses.

Es importante señalar que, cuando se resuelva esta situación, los distribuidores y clientes de nuestras empresas españolas en Argelia, que están buscando activamente alternativas, es más que probable que sean difíciles de recuperar. Las actuales circunstancias nos llevan no solo a perder el acceso a un mercado, sino también a nuestros clientes.

En medio de estas circunstancias desafiantes, nuestras empresas están recurriendo a la triangulación, vendiendo productos a Argelia desde sus filiales en otros países o bien en colaboración con los distribuidores. Nuevamente, nos encontramos aquí con un buen ejemplo de cómo la colaboración se presenta como un elemento clave para resolver numerosas situaciones, tal como pusimos de manifiesto en el último Foro amec, dedicado a la importancia de que la industria colabore para afrontar los nuevos retos de un entorno cada vez más desafiante.

Asimismo, hay compañías que han optado por apartarse del mercado argelino y centrar sus esfuerzos a potenciar otros mercados, incluida la región del Magreb. Sin embargo, de momento las empresas no han conseguido compensar las pérdidas del mercado argelino con un incremento de ventas en otros mercados.

Aunque Argelia no representa un destino especialmente importante para las exportaciones españolas en general, sí que lo es para determinadas empresas, algunas de las cuales es su primer destino.

La pérdida de oportunidad es en realidad mucho mayor, al tratarse de Argelia como uno de los puntos de entrada en el África. En las próximas décadas, se espera que el África juegue un papel crucial en el panorama económico mundial, por lo cual la falta de acceso a este mercado puede tener consecuencias significativas para nuestras empresas y para la economía en general.

La situación actual exige una acción decidida y rápida por parte de todas las partes involucradas, tanto a nivel nacional como europeo. Necesitamos encontrar soluciones concretas y eficientes para restablecer las relaciones comerciales y garantizar el desarrollo y crecimiento de nuestras empresas en el mercado argelino. De la misma manera, este caso nos evidencia nuevamente como las tensiones geopolíticas están incidiendo en el desarrollo de los intercambios comerciales, ya que los países utilizan el comercio como principal arma de presión. En este sentido, nos encontramos delante de un escenario de futuro que se puede presentar cada vez más incierto.

En Amec, seguimos trabajando para abordar esta situación y encontrar vías de colaboración y diálogo con las autoridades españolas, la Unión Europea y las instituciones argelinas. Nuestro objetivo es conseguir una solución que beneficie todas las partes involucradas y que permita a nuestras empresas recuperar la estabilidad y continuar su camino de crecimiento en el mercado internacional.