La compañía de inteligencia artificial xAI, fundada por Elon Musk, ha logrado cerrar una de las rondas de financiación más sustanciales del año con una captación de 12.000 millones de euros. Este movimiento sitúa a la empresa en el centro de una carrera global por la supremacía en la tecnología de IA, una competición que está redefiniendo las estrategias corporativas y atrayendo capitales de inversión a escala histórica. Una parte significativa de este ingente capital se orientará a la adquisición masiva de unidades de procesamiento gráfico (GPU), los componentes físicos esenciales para el entrenamiento y ejecución de modelos de IA avanzados.

En este sentido, xAI se encuentra inmersa en la construcción de grandes centros de datos de última generación, infraestructuras caracterizadas por su altísimo consumo energético y equipadas con decenas de miles de estos chips especializados, verdaderos caballos de batalla de la revolución algorítmica. Esta colosal inyección financiera de 15.000 millones no llega de forma aislada, sino que se suma a los 8.600 millones de euros que diversos medios especializados anunciaron que la empresa había captado el pasado mes de septiembre. En aquella ocasión, la ronda de financiación valoró la empresa emergente en una cifra cercana a los 171.000 millones de euros, una valoración que, a pesar de su magnitud, parece quedar obsoleta rápidamente en un mercado en ebullición constante.

El fenómeno xAI no es un caso aislado, sino la punta del iceberg de una tendencia que está sacudiendo el sector tecnológico mundial. La empresa Anthropic, considerada una de las competidoras más sólidas en el campo de los modelos de lenguaje grande (LLM), cerró en septiembre una ronda de financiación de 11.000 millones de euros, una operación que logró triplicar su valoración respecto a la del mes de marzo, un crecimiento exponencial que refleja la feroz demanda de inversores para participar en esta nueva ola tecnológica.

Por su parte, OpenAI, la compañía fundadora del popular ChatGPT y liderada por Sam Altman, concluyó en el mes de octubre una venta de acciones que alcanzó los 5.600 millones de euros. Esta transacción catapultó su valoración hasta los 429.000 millones de euros, consolidándola no solo como un líder indiscutible del sector, sino también como una de las empresas tecnológicas privadas más valiosas de la historia.

La estrategia integrada de Musk

Más allá de las cifras, la estrategia de Elon Musk con xAI parece profundamente interconectada con su otra gran adquisición: la red social X (antes conocida como Twitter). Recientemente, xAI adquirió la plataforma mediante una compleja transacción de intercambio de acciones que valoró la red social en 28.300 millones de euros. Esta maniobra sugiere un plan maestro para integrar las capacidades de IA avanzada de xAI con el flujo masivo de datos y la presencia global de la plataforma de microblog, creando un ecosistema cerrado que podría ofrecer herramientas de computación, análisis e interacción sin precedentes.

Los analistas señalan que esta fusión de activos tecnológicos podría permitir a Musk competir de frente con los grandes gigantes tecnológicos como Google, Meta o Microsoft, no solo en el desarrollo de modelos de IA, sino también en su implementación práctica a través de una plataforma de red social con cientos de millones de usuarios. La carrera por la inteligencia artificial ya no se libra solo en los laboratorios, sino también en el acceso a datos, infraestructuras y ecosistemas de usuario, un terreno donde la combinación xAI-X aspira a ser un rival de peso.