Un 70% de las organizaciones y empresas españolas ya han experimentado ahorros o ganancias económicas, y un 77% aseguran haber incrementado su productividad gracias a la inteligencia artificial. Ambos porcentajes superan ampliamente la media europea, situada en el 56% y el 43%, respectivamente. Así lo revela el segundo Barómetro Europeo de la IA elaborado por EY.

A pesar de este liderazgo en el uso de la IA, el impacto económico todavía es desigual. En España, el 49% de los altos cargos afirman haber superado el millón de euros en beneficios derivados de la IA, cifra ligeramente inferior al 57% europeo.

No obstante, un 31% ya sitúa las ganancias entre los 2,1 y los 5 millones, muy cerca del 34% que presenta la media continental. El retorno medio anual de la IA en Europa asciende a 6,24 millones de euros por empresa, hecho que apunta a un margen de mejora en España para traducir la adopción intensiva en rendimientos tangibles.

Según Enrique Manso, socio responsable del equipo de IA en EY España, esta desconexión entre uso y retorno económico podría responder a "implementaciones poco estructuradas, una visión demasiado optimista de su simplicidad, la composición del tejido empresarial y una adopción muy desigual entre organizaciones".

El clima de optimismo hacia la IA también se hace evidente entre los profesionales españoles. Un 75% tiene una percepción positiva de esta tecnología, solo superada por Suiza (76%). En términos de uso, un 83% ya utiliza aplicaciones de IA, igualando Portugal y solamente por detrás de Suiza (85%). Además, España destaca en experiencia práctica con IA, con un 89%, por encima de la media europea (83%).

Sin embargo, la implantación de la IA genera inquietudes laborales. Más de la mitad de los encuestados españoles (54%) temen por el impacto que puede tener sobre sus puestos de trabajo.

Un 70% espera que la IA asuma parte de sus tareas, y un 81% considera que se necesitará menos personal en el futuro. No obstante, solo un 23% afirma que su empresa ofrece formación adecuada para adaptarse a estos cambios, ligeramente por debajo del 24% europeo.

La percepción europea entre el entusiasmo y los recelos

A escala europea, el 70% de los profesionales ve con buenos ojos la IA y un 78% ya la utiliza. Pero también crece la preocupación: un 61% cree que su trabajo se verá afectado, y un 42% muestra inquietud por el peso creciente de la tecnología. De hecho, un 74% ya considera probable la pérdida de puestos de trabajo a causa de la IA, siete puntos más que el 2024.

Esta preocupación ha impulsado la formación: el 57% de los profesionales está ampliando conocimientos en IA, aunque un 53% de los ejecutivos considera que los empleados no directivos no están lo bastante formados.

Las ventajas de la IA en la actividad laboral son evidentes: un 43% asegura ser más productivo. No obstante, se detecta una percepción desigual. Mientras el 57% de los ejecutivos percibe un aumento de la productividad en sus equipos, solo el 32% de los empleados no directivos reconocen una mejora por parte de sus superiores.

Enrique Manso señala que "implantar la IA requiere mucho más que tecnología y talento; hace falta una transformación cultural profunda. Contar con expertos externos puede marcar la diferencia para hacerlo con seguridad y aprovechar al máximo su potencial."

Los profesionales identifican beneficios claros en el uso de la IA, como la eficiencia (30%), la optimización de recursos (26%) y la mejora de la atención al cliente (24%). Pero también expresan preocupaciones sobre la privacidad (30%), los dilemas éticos (27%) y el futuro del empleo (25%).

Con respecto a la ética, el 48% dice que su organización dispone de pautas claras para el uso de la IA, pero un 30% lo niega y un 20% lo desconoce. Esta percepción varía según el cargo: el 61% de los ejecutivos ve normativas definidas, delante del 40% de los empleados.

Sectores punteros y respuesta al reglamento europeo

La IA está muy extendida en ámbitos como tecnología, telecomunicaciones (91%), manufactura (90%) y energía (90%). En cambio, sectores como el comercio (71%), los servicios públicos (70%) o la sanidad (70%) tienen una adopción menor. Los mayores beneficios económicos se dan en la fabricación avanzada (78%), el deporte (74%) y la agroindustria (73%).

Finalmente, el 61% de los encuestados ve con buenos ojos el Reglamento de IA de la UE, que busca establecer un marco legal común. Según Manso, "una normativa clara genera confianza e impulsa la innovación, pero también puede ser un freno competitivo si Europa no consigue equilibrar regulación y agilidad, especialmente delante de los EE.UU. y China".