El 70% de los jóvenes españoles expresan su inquietud ante la posibilidad de que el uso creciente de la inteligencia artificial (IA) comporte una pérdida de capacidades cognitivas como la memoria, el razonamiento o el pensamiento crítico.

Esta preocupación nace del hecho de que, cada vez más, la IA asume tareas cotidianas de manera automática, hecho que puede favorecer una externalización excesiva de funciones mentales esenciales. Además, se añade el temor a que determinados sectores queden excluidos del mercado laboral.

Estos datos forman parte del Observatorio anual IAON, una iniciativa impulsada por Microsoft, Ibercaja y la Fundación Ibercaja.

El proyecto analiza cómo la sociedad española percibe y utiliza la IA, y destaca que factores como la edad, el nivel educativo o la situación laboral influyen notablemente en el grado de conocimiento y uso de esta tecnología.

Conocimiento desigual y uso creciente de la IA

Aunque más del 90% de la población afirma conocer la IA, un 61,5% reconoce que sabe muy poco o directamente nada. Solamente un 5,5% declara tener un conocimiento profundo sobre sus aplicaciones. En cambio, el 51% de los encuestados ya ha utilizado alguna herramienta basada en IA, sobre todo para hacer tareas como estudiar, redactar documentos, planificar o resolver problemas concretos.

A pesar de su expansión, el uso cotidiano de la inteligencia artificial todavía no está generalizado: solo el 16% de los participantes en el estudio lo utilizan de manera diaria. El ámbito privado es donde la IA generativa ha penetrado más, pero también se detecta un uso relevante en el entorno laboral (48,3%) y educativo (27,3%).

El informe, elaborado a partir de más de 1.300 entrevistas, revela otra fuente de preocupación ciudadana: la privacidad. Más de dos tercios temen que sus datos personales se utilicen de manera inadecuada, sin garantías claras de protección ni mecanismos de transparencia.

Paralelamente, tres de cada cuatro personas (75%) consideran que la capacidad de la IA para crear y difundir contenidos falsos representa una amenaza real.

La economía digital, el 26% del PIB estatal

En un contexto en que la economía digital ya representa el 26% del PIB en España —una cifra en crecimiento sostenido—, la implantación de la IA avanza a buen ritmo entre las grandes empresas. No obstante, se mantiene una brecha significativa con respecto a las pequeñas: mientras un 44% de las grandes ya hacen uso, solo un 11% de las pequeñas empresas han integrado esta tecnología en sus procesos.

El documento identifica los principales frenos que dificultan una adopción más amplia de la inteligencia artificial dentro de las organizaciones. Los más destacados son los riesgos legales, de seguridad o de reputación, señalados por el 43,8% de los encuestados.

Les siguen de cerca la falta de recursos económicos (42,2%), la dificultad para acceder a talento especializado (40,9%), y la ausencia de una estrategia clara o de una visión definida sobre cómo implantar la tecnología (39,7%).

El Observatorio también destaca como el 51% de la población afirma haber utilizado la inteligencia artificial, un dato que confirma que esta tecnología ha dejado de ser una herramienta reservada en ámbitos especializados.

Sus aplicaciones se ajustan a usos cotidianos como estudiar, redactar, entretenerse, planificar o resolver tareas puntuales, hecho que ha favorecido una adopción transversal. Su versatilidad permite que perfiles muy diversos encuentren utilidad como instrumento de asistencia.