Ya hay elementos para empezar a ser optimistas sobre el sector tecnológico, después de este 2022 que los analistas de la gestora ODDBHF AM califican como annus horribilis. Un pésimo ejercicio que comenzó con la caída de las tecnológicas chinas, seguida por las empresas de semiconductores y finalmente las estrellas del índice tecnológico Nasdaq, las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) durante más de una década. Los inversores están con la escopeta cargada para empezar a tomar posiciones en estos valores en los que se han evaporado miles de millones de dólares que han buscado destino en sectores cíclicos como la energía, finanzas e industria o en defensivos como las farmacéuticas y las alimentarias.

Laurent Denize, Co-Cio en ODDOBHF AM y Brice Prunas, gestor de inteligencia artificial en la misma gestora, explican en un reciente informe cuatro claves para empezar a ser optimistas con el sector tecnológico, después del descalabro en los precios de este ejercicio. En primer lugar, los segmentos que primero se rindieron (tecnología china y semiconductores) están repuntando. En segundo lugar, algunas empresas de semiconductores han revisado ya tres veces sus previsiones y presentan ahora un nivel de expectativas con menor riesgo y en tercer lugar, las valoraciones han vuelto a resultar atractivas para los inversores con un horizonte de inversión a largo plazo. Por ejemplo, no es raro analizar empresas con tasas de crecimiento de dos dígitos, pero con valoraciones similares a las del sector de las telecomunicaciones y los fundamentales del sector continúan siendo excelentes y no hay indicadores que apunten a un próximo cambio en el superciclo de los semiconductores.

Empresas tecnológicas GAFAM

Pero este ambiente más positivo no se reflejará de igual manera en los gigantes tecnológicos que forman el grupo de las GAFAM. Estas cinco compañías tienen ahora tal peso en los índices (aproximadamente el 25% del S&P), que hay que hacer un análisis muy particular de estos valores. La historia del sector tecnológico incluye el auge y la caída de grandes empresas que acaban afectadas por la disrupción y siendo sustituidas por otras más innovadoras de la siguiente generación. La enorme destrucción de valor bursátil de estas cinco acciones que ha tenido lugar en octubre y noviembre podría llevarnos por esa senda. Sin embargo, la situación no parece tan alarmante.

Estos analistas se muestran muy positivos con respecto a Microsoft, por su capacidad para crecer de forma sostenible en segmentos clave como Teams, la ciberseguridad o Power Platform. Asimismo, “somos positivos acerca de Google, por la capacidad de resistencia de su negocio principal, pero también por sus inversiones en inteligencia artificial (Waymo, Calico, Verily)”. No así tanto sobre las demás empresas, cuyas perspectivas del beneficio por acción (BPA) se han dividido recientemente por cuatro, con revisiones a la baja que afectan especialmente a las perspectivas de ingresos publicitarios. Y añaden: “El segmento de los smartphones de Apple también se ha vuelto negativo y, según nuestro análisis, afectará a la valoración de la acción”.

En conclusión, ¿cuáles son los factores que impulsarán la recuperación del sector? En primer lugar, una pausa en la subida de los tipos. En segundo lugar, el fin de las revisiones a la baja de beneficios (algunos segmentos incluso se recuperan en bolsa entre seis y nueve meses antes de que los resultados toquen fondo), en tercer lugar, la reanudación del ciclo de fusiones y adquisiciones, la llegada de inversores oportunistas y activistas a los valores infravalorados estaría en cuarta posición y de cumplirse estos criterios (nos vamos acercando), las alzas llegarán primero al sector de la tecnología en los mercados emergentes, luego en los semiconductores y, finalmente, en el software. El fin de la política china de cero covid podría propiciar un aumento del riesgo en las carteras, lo que también beneficiaría al sector tecnológico.