Mientras los inversores comenzaban haciendo sus cábalas sobre si 2023 sería un año de valores de crecimiento o de valores de ingresos estables, las pequeñas compañías se han colado dando la sorpresa de la rentabilidad. Destaca el Ibex Small Cap con una subida en este inicio del año del 18,20%, muy superior a la ya favorable alza del 9,97% registrada por su hermano mayor el Ibex 35. 

Este mejor comportamiento de las empresas con menor capitalización bursátil también se ha producido en otros países. Así, el índice estadounidense Russell 2000 -índice bursátil de pequeña capitalización que constituye las 2.000 acciones más pequeñas del índice Russell 3.000- se ha revalorizado en este periodo el 9,72%, muy por encima del resultado obtenido por el industrial Dow Jones (2,15%), por el S&P 500 (5,02%) y en línea con la fuerte subida del tecnológico Nasdaq 100 que ha ganado el 9,29% contra todo pronóstico.

El impulso tanto de los valores pequeños como de las tecnológicas tiene el denominador común del fuerte castigo sufrido por estas compañías en 2022. Caídas generalizadas que pocas veces distinguen entre la calidad de unas y otras empresas, cuando el dinero toca retirada de un sector. 

Un analista que tuvo claro que este año podía ser el de estas compañías es Bob Kaynor, responsable de renta variable de pequeña y mediana capitalización de EEUU de Schroders que ya en diciembre advertía de un cierto paralelismo entre las crisis de los setenta y la burbuja tecnológica de 2000 cuando la recuperación del mercado estuvo liderada por pequeños valores. “Las empresas más pequeñas no han estado tan baratas en relación con las más grandes desde la burbuja de las tecnológicas que tuvo lugar entre 1999 y 2001. En los siete años posteriores al pico que registró el mercado en marzo de 2000, las firmas de pequeña capitalización subieron más de un 70%, mientras que las grandes lo hicieron menos de un 10%”. Y sentencia: “la última vez que las valoraciones relativas estuvieron tan baratas y el sentimiento en niveles tan bajos, vino acompañado de un período sin igual de rentabilidades positivas (absolutas y relativas) para la renta variable de pequeña y mediana capitalización”, explica.

Pese a que, en teoría, las pequeñas y medianas sean menos resistentes a una desaceleración económica como la esperada, basa su apuesta por estos valores en que “esta rentabilidad superior constante en distintos entornos económicos se produjo desde un punto de partida parecido: un gran crecimiento de las ganancias combinado con valoraciones bajas en comparación con el segmento de gran capitalización”, concluye.

Una visión coincidente con los expertos de la gestora internacional Fidelity que en su informe de perspectiva para 2023 destaca que los valores de pequeña y mediana capitalización están baratos frente a los de gran capitalización, “lo que debería ofrecer algunas oportunidades a los inversores”, indican. También desde el banco británico Barclays ven una oportunidad para este segmento del mercado por las buenas valoraciones que ofrecen: “los valores de pequeña capitalización parecen muy baratos y, en nuestra opinión, es probable que ya estén descontando muchas malas noticias”, explican. 

Incorporar pequeños a la cartera

Julián Pascual, gestor y presidente Buy&Hold también se muestra muy positivo con estos valores más modestos. Junto a las tecnológicas es su apuesta decidida para estos primeros compases en su fondo de renta variable. Se ha producido una corrección notable de las empresas de pequeña capitalización, sin distinguir por sectores o calidad. “En los últimos diez años se observa cómo han cotizado a un PER (número de veces que el precio contiene el beneficio) de 20-25 veces, excepto a partir de 2021, donde se ha producido una fuerte contracción y actualmente cotizan a 15,2 veces. En general, esto está pasando desapercibido, pero tenemos que remontarnos a la gran caída de bolsa de 2008 para igualar los actuales niveles de valoración de estas empresas”, explica Pascual.

Actualmente, la cartera de su fondo de Bolsa la componen 33 valores. “Las cinco incorporaciones de este año han sido todas de valores de pequeña capitalización (menos de 3.000 millones de euros), porque ciertamente ahí es donde están ahora las oportunidades. Adicionalmente, hemos aumentado el peso en algunos valores que ya teníamos y que han sufrido, como CIE Automotive”, explica. Fluidra, tras el duro castigo del pasado año, es otra de las apuestas para este gestor.

En el mes, destaca la subida de la firma Airtificial (119%), acompañada por Audax Renovable (57%), la industrial Lingotes Especiales que se ha anotado una subida del 50%. Prisa y Edreams Odigeo han superado el 40% de revalorización, seguido por compañías como Duro Felguera (37%), Soltec (30%), la constructora OHLA (27%), Tubacex (23%), Prosegur (17%) o Aedas Homes (16%) y Técnicas Reunidas (15%). Únicamente dos componentes del índice Small Cap han dado pérdidas en este estreno anual: Realia (-1,87%) y Pharma Mar (-6,69%). 

El índice BME Growth que recoge a las compañías del segundo mercado (empresas en crecimiento) no ha tenido un comportamiento tan positivo frente a las que se negocian en el mercado continuo y ha subido el 5,11%.