La adopción del Bitcoin es una de las cuestiones más repetidas en el entorno de las criptomonedas. Pese a que el activo más popular del sector viene de cerrar uno de los peores ejercicios de la historia, los inversores, tanto particulares como institucionales, siguen mostrando interés en la criptomoneda reina. Del mismo modo, hay naciones que siguen enfocadas en sacarle todo el partido posible al Bitcoin, pese a las continuas advertencias de organismos como el FMI, que siguen haciendo hincapié en la cantidad de riesgos que tiene la incorporación de la criptomoneda al flujo monetario de una nación.

Sea como fuere, tanto la fiebre inversora como el interés de algunos países en esta criptomoneda sigue creciendo. Pese a esto, resulta llamativo que quienes apuestan por estos activos, como los países que se muestran más receptivos a la incorporación del Bitcoin al ciclo monetario, cuentan con algunas características comunes.

De base, las criptomonedas son un fenómeno global. El calado de estos activos es masivo, no tiene barreras. Varios informes cifraban a comienzos de 2022 que había más de 70 millones de inversores en el mercado de las criptos. Es por ello por lo que es imposible delimitar la adopción del Bitcoin, como del resto las monedas electrónicas, a un solo país, o a una sola región del mundo.

Aun esto, los países que poseen más inversores en criptomonedas cuentan con algunos denominadores comunes, los cuales también sirven para ver que economías son las que están dispuestas a incorporar al BTC a sus flujos monetarios, o se muestran más abiertas a avanzar en una regulación del entorno de las criptos.

El Salvador y la República Centroafricana tienen al Bit como moneda de curso legal

El Salvador es por excelencia la nación más cercana al Bitcoin. El país liderado por Nayib Bukele incorporó en septiembre de 2021 a la criptoreina como moneda de curso legal, convirtiéndose en la primera nación en hacerlo. El Gobierno de Bukele entiende que puede ser una buena manera de atraer a inversores, lo que al final beneficiaría a la economía de la nación centroamericana. Pese a las buenas intenciones, hoy por hoy la apuesta no le ha dado resultado. Y es que, tras 105 millones de dólares invertidos, El Salvador sigue ahogado por la deuda y, a nivel cripto, mermado por la caída del Bit durante 2022.

La República Centroafricana fue el segundo estado en dar la campana e incluir al Bitcoin como moneda de curso legal. En un intento de mejorar las transacciones, incluir a más personas al flujo monetario y llamar la atención de inversores, el país africano se ha visto perjudicado por la dinámica negativa del activo durante el pasado curso. Además de ello, se trata de uno de los países más pobres del mundo. Esta “decisión histórica”, tal y como comentaron en abril de 2022 los mandatarios gubernamentales, aún no ha hecho llegar “las oportunidades” deseadas.

Los países con más criptoinversores

Tailandia, Nigeria, Filipinas, Turquía y Argentina son las cinco naciones que poseen un mayor número de inversores en criptomonedas. La peculiaridad es que la economía de estos cinco países no es boyante, de hecho, Nigeria, Turquía y Argentina cuentan con unos niveles de inflación disparados, llegando a superar niveles del 94%, como es el caso del país latinoamericano. En línea con el hoyo económico que mantienen estas naciones, muchas de ellas tienen problemas fiscales, o varios de sus ciudadanos no poseen cuentas bancarias. Es por ello por lo que gran parte de la sociedad recurre a la inversión en criptomonedas, ya sea Bitcoin, Ethereum… para preservar el valor del dinero.

Ante una economía tan volátil, en la que los precios siguen subiendo y el valor de la moneda local se deprecia, los ciudadanos entienden que es mejor intentar mantener la pujanza del dinero en un refugio, y en esas, las criptomonedas se erigen como la opción principal por su accesibilidad y facilidad para invertir.

Las naciones desbancarizadas muestran gusto por las criptos

En línea con la desbancarización de las naciones, este es otro de los factores que explican la voluntad que tienen algunos países por adoptar al Bitcoin como moneda de curso legal o por avanzar en materia regulatoria, entendiendo que las criptomonedas pueden ser un catalizador de ganancias o un llamamiento para los inversores. Según la plataforma de investigación británica Merchant, México (63%), Nigeria (60%), Perú (57%), Colombia (54%) y Argentina (51%), figuran entre los diez países que tienen más personas sin cuenta bancaria.

Coincide con que estas naciones han ido avanzando poco a poco en una regulación o han ido trabajando a lo largo de los años en varios puntos clave para acoger a las criptomonedas. En México, las criptomonedas se aceptan como un medio de pago o para realizar transacciones; en Nigeria, pese al enorme escepticismo que El Ejecutivo mostraba hace apenas 12 meses, el país ha ido avanzando en leyes de Bitcoin tras el fracaso de su CBDC; en Perú hay un proyecto ley presentado por el partido político Podemos Perú por el cual se busca la creación de un registro público para detectar operaciones sospechosas a través de criptomonedas; mientras, en Colombia se aprobó un sandbox regulatorio que da posibilita a los bancos incluir a las criptos en los sistemas financieros; en Argentina el debate de las criptomonedas ha llegado al congreso, y se sigue discutiendo acerca de la entrada de una regulación.

Sea como fuere, en los países que tienen una escasa bancarización se está trabajando en una regulación cripto, o han avanzado en leyes que dan cobijo a las transacciones con monedas electrónicas. Y es que, en estas naciones en las que existen grandes niveles de exclusión financiera, el Bitcoin ha calado hondo. Cabe destacar que la presencia de las criptomonedas ha ido entrando poco a poco en las finanzas. De hecho, varias compañías entienden que pueden ser una parte importante en las transacciones del futuro. Es por ello por lo que las funciones de los criptoactivos no solo se limitan a la inversión.

Con las monedas electrónicas se pueden realizar pagos, se puede preservar valor, se puede invertir, y se puede intercambiar. Es por ello por lo que, de cara a varios expertos y, sobre todo, a la gente que dispone de una cuenta bancaria, las criptomonedas también son una herramienta de inclusión financiera.

Los paraísos fiscales no pasan desapercibidos

Por último, y siendo uno de los frentes abiertos para muchas cuestiones económicas, los denominados paraísos fiscales o economías offshore son también otro de los cobijos de las criptomonedas. Panamá, Malta, Singapur, Hong Kong, Suiza, Gibraltar, Bahamas o Liechtenstein son algunas de las naciones que tienen políticas fiscales laxas, las cuales resultan atractivas para varias firmas de criptoactivos, las cuales tienen su sede en dichos países.

Al mismo tiempo, estas, por la menor presión fiscal que tienen en comparación con otros estados, son un reclamo para los grandes inversores, quienes de una forma u otra tienen que declarar sus tenencias y ganancias, si las hubiera.

Países con economías debilitadas, con escasa bancarización, naciones que persiguen un catalizador de ingresos, estados con los niveles de inflación disparados… son algunos de los que han mostrado, y muestran, un mayor interés por incorporar a las criptomonedas en sus finanzas. Estados Unidos y la Unión Europea, pese a no prohibir las transacciones con estos activos, siguen trabajando en una regulación amplia. Tras esto, todo apunta a que serán más los países que incorporen al Bit, o a otro activo electrónico, a su sistema financiero.