La tendencia del consumo durante las rebajas de verano viene motivada por muchos factores que, de por sí, lo diferencian de lo que hacemos durante las compras de Navidad. Así pues, a pesar de poder desgranar lo que nos podremos gastar estas rebajas, los expertos certifican que los condicionantes vienen motivados por otros aspectos, como la misma estacionalidad. Y, respecto a otras temporadas, cada vez el panorama es más complejo.

Núria Beltran, presidenta de la Comisión de Retail del Col·legi d'Economistes, para ON ECONOMIA admite: "No tengo cifras, pero no es de prever nada destacable en esta campaña de rebajas. El crecimiento de nuestra economía viene más por el turismo y las exportaciones que por la demanda interna. Y tengo la impresión que el consumidor, en estos momentos del inicio de verano, prioriza más el gasto en ocio, restauración y turismo, que el gasto de compra de producto. Por eso pienso que la tónica de compras por rebajas será tranquila". Por lo tanto, no es el mismo consumo que toca hacer el mes de diciembre de regalos, que la motivación que tenemos en verano. Sin embargo, los mismos que hacen las rebajas, el propio sector, ahora tampoco se siente tan motivado como en años anteriores.

A partir de aquí, si la inflación afecta al turismo o el ocio, también a las rebajas. El pasado 2022, las rebajas fueron hasta un 58% más caras que el anterior año como consecuencia de la inflación. Instaurados en este contexto ya permanente desde el estallido de la guerra de Ucrania en febrero del 2022, los incrementos no serán tan pronunciados este año, pero si miramos atrás en los últimos cinco años, los porcentajes son notorios, tocando picos del 100%. Pero, ahora, la guerra ya no queda tan próxima y las amenazas más catastróficas se han desvanecido, también para el cliente final.

89 euros por persona

Por todo ello, el consumo durante las rebajas será cuantitativo en número de consumidores, pero con un ticket medio inferior antes de la pandemia y superior respecto del último año. Así pues, el 67% de los españoles tienen previsto acudir a las rebajas de verano y desembolsarán, por término medio, 89 euros, dos euros más de lo que preveía gastar el año pasado en el mismo periodo de ventas, según la Asociación Española de Consumidores. Así, el 25% no hará ninguna compra y el 8% se muestra "indeciso", tal como ha precisado la organización de consumidores.

Una temporada sin repercusión

Por su parte, la patronal del sector textil y de los complementos, Acotex, ya avisó de que la temporada de descuentos para el verano no sería tan atractiva como años anteriores. De hecho, las ventas en julio del año pasado, según el barómetro que elabora esta asociación, cayeron un 0,2% lastradas por un inventario en las tiendas más reducido de lo que es habitual. A los factores señalados se ha sumado otro que nunca había intervenido en la facturación veraniega del sector: la convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio. No todo pasa por la inflación, sino que diferentes factores que confirman la tendencia de los expertos: una campaña que no marcará historia, pero sin graves caídas que puedan justificarse por un contexto de inflación que afecta mucho.

En último término, hay que ver la tendencia de precios en el sector retail. Aunque el precio del vestido y el calzado ha bajado un 0,8% desde comienzo de año, el IPC ha seguido subiendo. En concreto, un 1,7% desde enero, lastrando de manera preocupante la solvencia familiar: tres de cada cuatro familias viven al día, es decir, sin capacidad de ahorro. Una dificultad que también se traslada a la compra de ropa, un gasto difícil de afrontar para el 42% de los hogares. Precisamente por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) considera que muchas familias aprovecharan las rebajas de verano para hacer frente a la compra de vestido y calzado que estuviera pendiente.