La proliferación de las criptomonedas es una constante desde que el sector tuvo su ‘boom’ allá por 2020. Pese a que esta industria ha pasado por varias fases turbulentas, marcadas por la inestabilidad y los problemas financieros de algunas de las empresas que forman parte del sector, las criptomonedas siguen siendo un fenómeno con una aceptación creciente y que, poco a poco, convence a más Gobiernos. Aunque las dudas y la incertidumbre no terminan de mitigarse de esta industria, cada vez son más las personas que muestran interés y que se lanzan a la inversión de los activos electrónicos. De hecho, durante este año y con el estallido de la crisis financiera, el calado del Bitcoin, Cardano, Ethereum… ha crecido, pasando a un primer plano por su estatus de activo refugio.

Sea como fuere, y pese a que las criptomonedas son un fenómeno global, el crecimiento de estas no es igual en todos los países. Son varios los factores que influyen en la aceptación social de estos activos, pero casi todos ellos van hilados con las condiciones legales y económicas que tenga cada país y, sobre todo, por como estén percibidas las criptomonedas por los Gobiernos. En esas, según un estudio que elaborado por EAE Business School, entre 2021 y 2022, las naciones que registraron los mayores crecimientos en sus criptomercados fueron Vietnam (40%), Brasil (37%), México (34%), Indonesia (32%) e India (30%), mientras que en España, Francia o Alemania se contrajeron un 6%. 

Las criptomonedas calan en naciones desbancarizadas

A priori, las naciones europeas cuentan con un modelo financiero más estable y un hábitat adecuado para la gestión de estos activos. Pero es en naciones con economías caracterizadas por la poca bancarización y hasta incluso, una tasa de pobreza elevada, en las que se ha visto una mayor proliferación de las criptomonedas. Cabe destacar que el crecimiento del mercado cripto en estos países se ha dado en un escenario complejo para los activos electrónicos. 2022 pasó a la historia como el año negro de las criptomonedas por las caídas generalizadas de todos los activos, la presión inflacionaria, las subidas de tipos de interés y, por supuesto, la quiebra de varias e importantes compañías del sector, como FTX.

Aún todo ello, Vietnam, Brasil, México o Indonesia vieron como sus criptomercados crecían pese a estar en un entorno complejo. Y es que, como apunta Dorina Nicoara-Popescu, profesora de EAE Business School, “los motivos por los que algunos países adoptan más las criptos que otros suelen ser diversos. Dependen de muchos factores, como la regulación gubernamental y la infraestructura tecnológica”. Las naciones en las que los criptomercados crecieron más en 2022 coinciden en que tienen apego a este sector. Todas ellas cuentan con proyectos de inclusión de las criptomonedas en sus sistemas financieros. Incluso algunas, como Brasil, está en proceso de elaborar una CBDC, su propia moneda virtual.

Es decir, la percepción que tienen los Gobiernos de estos países hacia los activos digitales es más abierta que la que pueden tener las naciones Europeas o Estados Unidos, pese a que en estas zonas también ha habido una mayor adopción. El hecho de que los Ejecutivos nacionales valoren la idea de incluir a las criptomonedas en sus sistemas financieros es un motivo por el que la ciudadanía de ese país puede mostrar un mayor acercamiento al mundo cripto.

Vietnam, Brasil o Indonesia avanzan en proyectos de criptomonedas

La profesora de EAE Business School explica que “la actitud general de los ciudadanos hacia las criptomonedas varía según el país... hay personas que pueden ser muy entusiastas, mientras que otras pueden ser más escépticas o incluso hostiles hacia las criptos”. Y estas actitudes dependen en gran parte del hábitat financiero de un país y del acercamiento que hagan los Gobiernos hacia estos activos.

Por ejemplo, Vietnam, que en 2021 lideró la adopción de las criptos en todo el mundo, está trabajando en un marco legal para estos activos. En Brasil, está trabajando en la creación del ‘real digital’ que, si bien no es una cripto, es una moneda digital, basada en la misma tecnología que los criptoactivos. En México, por la escasa bancarización que hay, muchos ciudadanos apuestan por las criptomonedas como vía de inclusión financiera, lo que hace que la adopción sea creciente en el país. Por su parte, en Indonesia tal es el apego hacia estos activos que, a principios de año, se desveló que el Ejecutivo del país asiático iba a lanzar una plataforma de intercambio de criptos.

Es decir, en los países que han visto crecer más abruptamente sus criptomercados es en dónde existe una percepción más fiable de las criptos, además de que las condiciones legales y fiscales son más halagüeñas que en otras naciones.

En Europa prima la cautela

A la inversa, por ejemplo, en Europa, pese a verse un desarrollo creciente del mercado de las criptomonedas, los Gobiernos siguen primando la cautela, rebajando el auge de estos activos y destacando los riesgos y los potenciales problemas que pueden ocasionar a las economías. Esta percepción, sumado a que varios países del Viejo Continente carecen de un marco legal para estos activos, ha hecho que la ciudadanía tenga una actitud más distante, hasta incluso miedosa, hacia las criptomonedas.

La proliferación de las monedas electrónicas es un hecho. Los Gobiernos internacionales entienden que es un fenómeno creciente y que, por ello, necesita tener un marcio legal que se ajuste a las necesidades y proteja adecuadamente a los inversores y empresas. MiCA parece ser la solución que propone Europa. Pese a ello, hasta que llegue, seguirán siendo Vietnam, México o Brasil las naciones dónde las criptos calen más profundo.