La Formación Profesional sigue siendo un mal endémico en España donde no acaba de arraigar, pero no solo desde una vertiente de falta de interés o conocimientos de los estudiantes, sino por  falta de previsión y oferta que se da en áreas de una gran demanda, al contrario de otras con baja repercusión. La balanza no está equilibrada y los últimos datos constatan que el 34,75% de las ofertas de trabajo en España solicita Formación Profesional (FP), según un informe de Infoempleo y Adecco, en que se destaca que este requisito volvió en el 2022 a quedar por debajo de la formación universitaria, por contra de los dos primeros años de la pandemia, donde la superó.

El dato todavía se acentúa más en Catalunya donde se dispara hasta diez puntos, un 44,68% de las ofertas de trabajo ve en la FP un requisito indispensable. De hecho, la demanda de titulados de FP se distribuye de manera desigual entre las autonomías. Más de dos de cada tres ofertas que requieren FP en España son para ejercer trabajos en la Comunidad de Madrid, Catalunya, el País Vasco y Andalucía.

Desajustes con la ESO y la universidad

La caída de la FP en España contrasta con la subida de 1,23 puntos de las ofertas que requieren candidatos con ESO y/o Graduado Escolar, y también del aumento de 0,89 puntos de las que requieren candidatos con titulación universitaria. Dentro de las ofertas que solicitan específicamente candidatos con estudios de FP, el 61,57% quieren reclutar profesionales con ciclos formativos de grado superior, mientras que un 38,43% buscan titulados en ciclos formativos de grado medio. Y un dato más: aunque una de cada tres ofertas de empleo requiere FP como requisito, el 56,09% no especifica la familia profesional concreta que se necesita, solo con que la persona que opta al puesto de trabajo tenga esta formación.

Las más demandadas

Después de este tipo de ofertas que no especifican la rama de FP requerida, las áreas que han recibido más ofertas de empleo para FP son las de Administración y Gestión (10,89%); Electricidad y Electrónica (8,23%); Fabricación Mecánica (4,19%); Informática y Telecomunicaciones (3,68%); Instalación y Mantenimiento (3,57%) y Marketing y Comercio (3,55%). Estas seis especialidades profesionales se reparten el 34,11% de las ofertas que buscan candidatos con FP, cifra que solo se ha reducido dos décimas si se compara con los datos de la edición anterior del estudio.

El área funcional de Ingeniería y Producción sigue siendo la principal receptora de ofertas de empleo dirigidas a FP, aglutinando un 30,44% del total, seguidas de Tecnología, Informática y Telecomunicaciones (16,01%) y de Administrativos y Secretariado (15, 59%). Por sectores concretos, los que concentran una demanda mayor de FP son los de administrativos, comerciales, técnicos de soporte y programadores. Si entramos en comparativas, la tasa de matriculación en FP en España (12%) es inferior a la de los países del OCDE (29%) y la Unión Europea (25%) según datos del mismo Instituto Nacional de Estadística.

Las consecuencias de los desajustes ya son palpables cuando se traspasa a la realidad laboral. A modo de ejemplo, un estudio de la patronal catalana del metal, UPM, ha puesto en alerta que faltan 9.000 personas para cubrir puestos de trabajo directos y cualificados en materia de FP. Un desajuste que no se entiende, teniendo en cuenta las cifras de paro actuales. Por eso, se quieren potenciar otras vías que solucionen el problema para todo el mundo. Un ejemplo es el intento de potenciar la FP Dual en los últimos tiempos, pero también presenta déficits. Esta busca que se reparta entre centros de formación y empresas de manera equitativa la formación de los alumnos, cuenta con una ley que desde marzo de 2022 apunta que sea el modelo a seguir para toda la FP, pero la estudian tan solo el 4% de alumnos de FP en España. Para corregirlo, el Consejo de Ministros aprobó el pasado julio, un real decreto que dé más concreción a esta ley y que persigue la "implantación del todo" de la ley a partir de este curso. La norma tiene que facilitar la creación de nuevos estudios de Formación Profesional de la mano de empresas y comunidades autónomas en los lugares con necesidades específicas. Desde microformaciones hasta títulos de FP y especializaciones o másteres de FP, la norma persigue ampliar la oferta en más de 9.000 formaciones sobre las ya existentes.